Navidad y Globalización
Hace tiempo que he estado pasando frente a una mueblería que hay cerca de mi edificio. Una que dice “Scandinavian Furniture”. Se ven algunos muebles bonitos desde la calle, y como necesito algunos muebles, me decidí a entrar a mirar. Iba entrando cuando un señor mayor con cara de dueño, no de dependiente, se acercó a mi y me preguntó que quería ver. Y me recalcó que eran muebles daneses. Que si acaso quería tener muebles daneses. Cometí el tremendo error de decirle que me da lo mismo de donde vengan, siempre que me guste el diseño, la calidad y el precio. Decirle eso al pobre viejito fue como lanzar parafina a una hoguera. Me miró con cara de molestia y me culpó por que acababa de dejar a cientos de personas de trabajo en algún estado del sur americano. Porque, según me dijo, yo debería saber que Ethan Allen, una marca de muebles tradicionales que es bastante conocida, está trasladando toda su manufactura a China, para bajar los costos de producción.
Y ahí me metí en problemas más profundos, porque cuando me preguntó si yo pensaba acaso eso era correcto, le respondí que si, que los chinos también tienen que trabajar en algo, y si lo hacen por menos plata es porque los trabajadores necesitan el trabajo. Y que los chinos también merecen trabajar, que por lo demás nos benefician a los consumidores con muebles más baratos. Me vendrían bien muebles buenos, bonitos y baratos… Ahí la cosa se puso color de hormiga con este señor, que siguió insistiendo en que era el colmo que se llevaran el trabajo de americanos a la China. Curioso, viniendo de parte de un señor que se gana la vida vendiendo muebles fabricados por europeos, daneses. Supongo que esa evidente contradicción viene del racismo profundo del personaje, a quién le parece mal comprarle a los chinos, por no ser norteamericanos, pero bien comprarle a los daneses, que al fin y al cabo son blancos, europeos y muchos son rubios y de ojitos azules. Quitarle trabajo a un norteamericano para drselo a un danés es aceptable No lo dijo así. Pero continuó el alegato diciéndome que estaba bueno de outsourcing, que ahora cada vez que lo llamaban de servicio al cliente de la tarjeta de crédito no soportaba el acento del inglés indio con que hablan los operadores, y que les preguntaba si estaban en Bombay o en Calcuta… Y les cortaba diciéndoles que por favor lo llamara un norteamericano. Claro, un redneck de algún estado del sur, viejitas de Wyoming o una negra de Texas. ¿Pero un indio de Calcuta? ¡¿Con qué derecho?! Que se ahogue en su propia mierda antes de quitarle el trabajo a un norteamericano...
Yo solo quería ver los muebles, y le dije, bueno, ¿le parece que vea los muebles mejor?. Y me sorprendió, porque me dijo que yo no quería comprar muebles, y que para qué había entrado… Bueno, obviamente no ha visto que mi departamento está vacío, y que estoy desesperado por tener muebles. Pero ahí ya el tipo me reventó las pelotas y le dije que si, que quería ver muebles, y que no había entrado para oir sus pensamientos políticos, y que ahora seguía necesitando muebles, pero que jamás le iba a dejar un centavo en su tienda porque él es un racista y a los racistas yo no los financio. Me miró fuera de si y me siguió gritando cosas que ya no le quise oir, y salí de la tienda de nuevo al frío de Manhattan. En estado de shock, he aquí un “Upper East Sider”, un ilustrado habitante de las urbes del noreste de los Estados Unidos que no se ha dado cuenta de que se trata la gobalización. O a lo mejor si se ha dado cuenta, pero no acepta que vaya a existir un nuevo orden en el mundo que no garantiza los mismos privilegios que antes para algunas partes de la humanidad.
Es cierto, de todas las “cosas” que he comprado últimamente, piezas manufacturadas para cacina, baño, decorativas, etc., están fabricadas en China. Notable, casi todo. Alguna cosa rara por ahí se encuentra con “Made in USA” o “Made in Spain”. Generalmente sólo articulos Premium, el común de las cosas para el uso diario es fabricado en China. Y la ropa, los juguetes, las bicicletas, hasta poco a poco los electrónicos van para allá también.
¿Qué les va a quedar a los gringos? ¿No van a fabricar nada y van a volver a ser una sociedad de agricultores y mineros? ¿Será que tiene razón el viejito ese que no me dejó ver los muebles?
Claro, está la tesis de que los norteamericanos van a quedar desempleados y la creación de riqueza se va a ir a Asia, con lo que los salarios de los gringos van a caer hasta llegar al nivel de los de los chinos. Y los de los chinos van a haber aumentado desde dónde están hoy hasta el nivel de los de los americanos depreciados. Y de paso México va a ser borrado del mapa ya que no habrá más maquila a precio de mexicano hasta que los salarios en México bajen al nivel de los de los chinos.
Me quedé reflexionando sobre eso, y más aún en estas navidades cuando veo que los regalos de todo el mundo son hechos en…ya saben dónde. Ya viene otro post con mis reflexiones sobre el tema.
¡Feliz Navidad!