Historias de un Huracan sin rumbo
Tuesday, March 28, 2006
  I'm so Glaad!
El evento fue en el Marriott Marquis en Times Square. Llegué a los Glaad Awards por insistencia de mi amigo John en cuanto a que era una buena causa y que serviría para conocer a gente que no anda por el circuito gay permanentemente, hombres que no están disponibles en la calle. Me costó decidirme a ir, especialmente porque hasta último minuto tenía un compromiso de trabajo que terminó cancelándose. Quedé libre y partí a reunirme con mis amigos al salón de eventos del hotel. Pero ya no quedaban puestos en la mesa de la patota, el que iba a ser mío se lo habían dado a un desconocido, y yo tuve que irme a otra mesa. Podía ser una oportunidad para conocer a alguien más que los típicos de la mesa de amigos. Busqué la mesa 140 en el mar de mesas que había en el salón, y me encontré con una mesa mayoritariamente de mujeres, lesbianas emparejadas, un tipo buen mozón acompañado de una “fag hag” rubia de San Francisco, y otro bastante estrambótico con una corbata psicodélica sobre una camisa negra de paño grueso y pantalones negros a rayas. Toda una pinta, se veía bien y no era nada de feo. Contrastaba fuerte con mi trajecito pin striped de Brooks Brothers, mas apropiado para Wall Street que para el evento más gay del año. Al rato llegó un rubio jovencito, parecía recién salido del colegio, parece que había llegado muy elegante, pero ya se había sacado la corbata en el cocktail antes de la comida. Trabajaba en relaciones públicas en Broadwayy representaba a Sandra Bernhardt, una comediante que también fue una de las presentadoras del evento. Evidentemente no había hecho un cheque por 350 dólares para estar en esa mesa. El buen mozón no dejó de parlotear con su fag hag, y Mr. Relaciones Públicas me contó su vida de chico sureño trasplantado a New York.

Glaad es la Gay and Lesbian Alliance Against Defamation, y se dedica a promover la representación justa, exacta e inclusiva de gente y eventos en los medios como una forma de eliminar la homofobia y la discrimnación basada en identidad de género u orientación sexual. Una organización que existe desde 1985, cuando se formó como reacción al tratamiento sensacionalista que el New York Post hacía de la epidemia de SIDA. Todos los años otorga premios a los medios que aportan a su objetivo, y esto se hace en un evento que a la vez se usa para juntar fondos para financiar las actividades del año de la organización.

Antes de terminar la cena se remataron varios viajes para dos, alcanzando precios increíblemente altos, entre treinta cincuenta mil dólares, varias veces su valor de mercado. Evidentemente había allí algunos buenos partidos… La concurrencia era mayoritariamente hombres entre 30 y 50, vestidos de traje oscuro y aspecto convencional. Había una que otra excepción como mi compañero de mesa, pero el evento podía haber sido una convención de negocios, excepto que las corbatas estaban infinitamente mejor combinadas y los hombres eran atractivos muy por encima del promedio. El evento requería “business attire”, lo que me decidió finalmente a ir, ya que no hubiese tenido tiempo de arrendar un smoking si lo hubiera requerido.

Después que Erasure tocó dos canciones, comenzó la entrega de las distinciones a los medios. El punto culminante de la ceremonia fue cuando Michael Douglas llamó a Ang Lee al escenario para entregarle el premio “Outstanding Film, Wide Distribution”. El director subió al escenario en medio de una ovación de pie que le dio una audiencia emocionada, y dio un discurso con su calma habitual y dejando ver su enorme sensibilidad e inteligencia. Un hombre admirable.

También fue bonito ver a un estudiante de la universidad de Dartmouth, jugador All-American de lacrosse, recibir la distinción Outstanding TV Journalism - News Segment: "Andrew Goldstein" ESPN SportsCenter. ESPN le hizo un reportaje a su historia de salir del closet frente a su equipo de deportes, a su fraternidad
Terminó la entrega y me reuní con mis amigos para ir al after party con todas estas celebridades que estaban en el evento. Bar abierto y DJ famoso, lleno de celebridades y yo que tenía que trabajar temprano hoy. Era como estar en un bar gay pero con la selección A. Muchos tipos increíblemente atractivos, elegantes, exitosos. La música estaba muy fuerte y después de un rato de saludar a amigos de mis amigos y flirtear a lo lejos con un flaco alto de ojos azules y barbita de tres días, decidí irme a dormir.

Salí al lobby y recogí mi bolsa de regalos, CD’s, DVD’s, revistas, productos para el pelo y… Tylenol PM. Una lapicera de IBM, quién lo iba a pensar de la compañía que hace un par de décadas no más sólo permitía usar camisas blancas a sus encorbatados empleados.

Me acerqué cargado con mi bolsa a la escalera mecánica para empezar a bajar desde el sexto piso hacia la calle, cuando veo al flaco de la barbita caminando con el amigo que lo acompañaba en la fiesta. También traía la bolsa de regalos y venía con cara de ir de salida. Me vio y sonrió, y me dijo hola. Le contesté con mi mejor sonrisa y se apuró a alcanzarme. Me dijo que se llamaba David y bajamos juntos, entre el sexto y el quinto piso me preguntó de donde era y me contó que era de California pero ahora vivía en NYC. Entre el quinto y el cuarto me di cuenta que era mucho más atractivo de lo que había podido ver en las penumbras de la fiesta. Entre el cuarto y el tercero hablamos un par de tonteras de esas que uno dice cuando está nervioso, y le advertí que tenía que pasar al coat check a recoger mi abrigo. Llegamos al tercero y él le preguntó a su amigo si había chequeado algo en el gusardarropía. Pero no, no tenía nada. Ahí me dijo “It was nice to meet you” y partió hacia la siguiente escalera mecánica. A los pocos segundos se devolvió y me preguntó si tenía una tarjeta o algo, considerando que no le había querido hablar durante la fiesta a pesar de sus miradas que al menos podríamos almorzar un día. Produje una tarjeta y le anote nerviosamente mi celular y le dije “Call me!”.

Cuando por fin llegué al primer piso había desaparecido. Espero que no pierda mi tarjeta.
 
Tuesday, March 07, 2006
  Academia y Oscurantismo
El fin de semana fue bueno. Se suponía que iba a culminar en la casa de John dónde había invitado a unos cuántos amigos a ver la ceremonia de premiación de la Academia. Los Oscares, dónde tenía que ser premiada Brokeback Mountain. Veníamos del norte, donde nos fuimos a esquiar por el fin de semana, y mietras yo manejaba, mi amigo Dennis nos leyó el artículo que se publicó en el New York Review of Books sobre la película. Dennis es abogado, pero igual tuve que explicarle lo que significa “taciturn”, “someone who doesn’t talk much, like Ennis…”le dije, intencionalmente entre dientes. “Mendacity” ni yo sabía lo que significaba… ahora sé, obviamente, que significa falsedad, como en el matrimoio de Ennis.

Es un artículo escrito en muy buen inglés, que le pega medio a medio a lo que es la película que no ganó el Oscar, un artículo que le grita al mundo que no se trata de una historia de amor universal sino que de una tragedia enorme. No es una historia épica de amor como se le ha tratado de presentar en algunos medios para hacerla más tragable para el público general, sino que es una tragedia acerca del fenómeno particularmente gay del closet. El hecho de vivir una vida pareciendo lo que no se es, intentando por todos los medios ser lo que la sociedad pide que uno sea, no atreviendose a ser lo que uno es, por miedos que a uno le meten desde niño y que la sociedad refuerza a cada instante. Una sociedad homofóbica, a la que no le importa destrozar las vidas de muchos, y llevar a pobres tipos como Ennis del Mar a una situación en la que le jode la vida a todos los que lo llegan a querer, además de joderse la propia.

Es una película magistral, porque refleja esa situación con simbolismos, con imágenes y palabras sutiles que logran tocar el corazón de cualquier persona capaz de sentir, como dice el comentarista Daniel Mendelsohn. Por eso merecía el Oscar. Porque no es sólo la dirección, sino que su tema, su fotografía, y la calidad de la actuación. La valentía de hacer esa película, su música. Brokeback Mountain va a seguir siendo tema de conversación en los años que vienen. No así Crash, que es una muy buena película, pero no marca época, no es un clásico. Y que no tiene ninguna actuación que valga la pena comentar. Actores del montón, trama repetida, con un tema políticamente muy correcto, que no puede ser cuestionado por ninguna de las facciones políticas de este país.

Mientras que el tema gay sigue siendo uno en el que todavía hay gente que puede salir a la calle a decir que odia a los gays, que todos se deberían morir e ir al infierno. Todavía se le puede pegar una patada en los dientes a un diez por ciento de la población del mundo y no pasa nada, nadie condena en serio, simplemente les dicen que son unos intolerantes y les hacen el juego, dejando a los gays fuera de la mesa.

Si, maricas, al director lo podemos premiar, a la música, ¿ pero a la película como mejor película? No, eso sería premiarlos a ustedes, y les falta todavía cabritos, quedense ahí no más, en la mesa del pellejo. Gracias por participar.

Mis amigos gays neoyorquinos e irlandeses estaban sentados viendo la entrega de oscares, ilusionados. Vi gente caminando por Hell’s Kitchen con sombrero de cowboy llevando cosas para alguna “Oscar Party” por ahí. Ilusionados, felices, entusiastas. Porque la película la sienten suya, hecha por un director heterosexual y con actores heterosexuales (no pierdo totalmente la esperanza con Jake..), pero es una película que los gays sienen propia. Porque les representa la parte más dolorosa de sus vidas, esa parte que casi todos de una forma u otra tuvieron que pasar. El sentimiento que te da estar encerrado en un closet. Esa sensación es horrible, destructiva. Y salir del closet es duro también. Pero es una parte de la vida de todo hombre gay. Y se le iba a dar un reconocimiento a una película que había sido capaz de poner todo ese sentimiento en términos comprensibles para cualquiera. Para mí el Oscar era merecido, muy merecido. Pero indudablemente si hubiera sido otorgado a Brokeback Mountain, mucha gente que no la va a ver la hubiese visto. Y eso hubiera sido un avance para la “agenda gay” que tanto desprecia y ataca la derecha religiosa de este país.

Tal vez hubiera servido para ayudar a los chilenos adolescentes y jóvenes, como los amigos de mis hijos, que por ahí dicen que no les interesa ver una película gay. "Es un tema gay, que voy a ir a ver una película de vaqueros gays", mientras piensan -no vaya a pensar alguien que la voy a ver porque soy gay en el closet- Y sus pololas les ruegan que las lleven a verla, porque han oído que es una buena película y ellas no tienen rollo con que alguien piense que son gays. Si, hubiese avanzado la “agenda gay”, permitiendo que las mayorías, la gente de la calle, los que no son gays y que no piensan en el tema gay en sus vidas diarias, tuvieran un atisbo del drama que significa ser gay en el closet. Y hubiese promovido un poco de compasión, compasión que les hace tanta falta a los cristianos. Somos simples seres humanos, tratando de construir una vida, tratando de amar. Esa es la agenda gay, a la que le temen los fundamentalistas, la que le va a permitir a la gente común y corriente ver que los gays no son demonios, no son malos, son simples seres humanos que vienen en todas las formas clases, colores, maneras de ser. Cowboys y decoradores de interior, buenos y malos. Simpáticos y pesados.Que son sus hermanos y sus hijos. Pero que todos además tienen que bancarse una sociedad hostil, que les enseña a odiarse y a esconderse, a menospreciar lo que son. Llevando a muchos de ellos a la autodestrucción.

Esta es una película que está salvando vidas, que da esperanza, a pesar de que destroza el alma de pena. Es una película que hace repensar las cosas a quienes han enfrentado situaciones o relaciones con gays. Una película que engrandece a la humanidad, no mostrando un ejemplo de vida, sino un ejemplo de cómo no hacer vivir a las personas. Ennis del Mar no existe, pero tiene un espacio en mi corazón, un espacio para todos lo hombres que hemos tenido que encerrarnos en un closet. Más aun para los hombres simples, como el Ennis de la película, los que nunca vieron ni supieron del glamour de ser gay en la Bunker o en Manhattan, los gays que son peones en el campo de la zona central, los que son mineros, los que acarrean verduras en la vega, los pescadores. Para el chiquillo en un liceo de provincia que tiene buenas notas, pero que desaparece con excusas cuando se habla de mujeres, o que siente que tiene que inventar una polola. Para todos los que sienten hoy mismo que si alguien sabe que son gays son hombres muertos o muertos en vida. Y que antes que los demás los destruyan se terminan destruyendo a si mismos, negándose, convirtiéndose en nada. Como Ennis.

¡Que se joda la Academia! Pudo haber sido parte de algo muy bueno y escogió el oscurantismo.
 
Friday, March 03, 2006
  Tormenta alemana
No me pregunten cómo, pero conseguí ver la película “Sommersturm” (“Summer Storm” o “Tormenta de Verano”), una película que parecería recomendada por Barro en uno de sus posts pero que en realidad supe de ella en el blog de Villouta. Claro, no sabía que estaba en alemán y menos que no tenía ni doblaje ni subtítulos en inglés o castellano. Igual me la vi completa, y sorprendentemente entendí algo, ya que mi disco duro no tiene totalmente borrados los 4 años de alemán en el Goethe Institut que me tragué en la adolescencia. Toda una película para Barro, de su generación, no de la mía. Ya la verán.

Entre los 14 y los 16 años yo también remé y en una laguna más bonita que la de Sommersturm. El mío era un club alemán, y mi camiaseta sin mangas lucía los colores negro, amarillo y rojo, con una cruz de hierro negra en el pecho. No competíamos contra un equipo de jóvenes remeros gays, eso sí, en eso la película es de este siglo, no de mis tiempos. Pero me recordó lo erótico que era ese camarín lleno de remeros desnudos y del olor a sudor fresco mezclado con madera de pino y vapor que me encontraba cada día después de la intensa práctica. Hacía mucho frío, no había calefacción, solo estábamos felices de que había agua caliente. El entrenamiento era casi exclusivamente preparación física, sólo nos permitían salir al agua los fines de semana. Tres veces a la semana remábamos en la pileta, un bote fijo dentro del gimnasio, y otros dos días corríamos 14 kilómetros. Todo eso nos ganaba el derecho a sacar el bote los sábados y domingos para entrenar, siempre que el clima lo permitiera.

No teníamos ni competíamos en esos botes de Sommersturm, cuatro par con timonel (bote con cuatro remeros con dos remos cada uno, y un timonel). Lo nuestro era primero la yola de cuatro con timonel, una especie de batea pesada para novatos. y después el ocho con timonel, la prueba más clásica de ese deporte. El bote largo, con ocho remeros con un remo largo cada uno, y un timonel en la popa. Una belleza, un despliegue de coordinación perfecta, espaldas y brazos hermosos, fuerza y velocidad. Pero sobre todo coordinación, trabajo en equipo, sin que ninguno se salga del ritmo, se adelante o se atrase. A la primera descoordinación se pierde la regata, y duele, es fácil que el remo te golpee el estómago o hasta las pelotas si pierden la sincronización los remeros. Y golpea fuerte, para recordarte que hay que trabajar en equipo.

El despertar sexual de los adolescentes, el reconocerse hetero u homosexual, y la supervivencia de la amistad a pesar de quedar en distintos equipos son los temas de la película, aunque reconozco que me faltaron las sutilezas por limitación de mi comprensión del idioma. Pero tiene mucho en común con Krampack, claro, es alemana y Krampack española, y tiene tanto en común como tienen los alemanes con los españoles. Por lo que no es un remake de Krampack, y tiene su personalidad propia. Me sentí más identificado con esta que con Krampack. No conocí los balnearios de la costa central hasta que era universitario, y esa idea de casa y pueblo de playa de Krampack no lo relaciono con mi adolescencia. Pero si las prácticas de remo en un lago idílico, los campamentos bajo la lluvia, el refugiarnos de una tormenta de verano.

Uno de mis lugares ideales es una mañana en esa laguna, con rasguños de neblina a ras del agua fría, silencio casi absoluto, oyendo solo la entrada de los remos al agua, el golpe del giro del remo, el chupón cuando el remo sale del agua y el rumor de los carros adelantándose para que los remeros vuelvan a enterrar las palas en le agua. Y llegar a la meta, sólos, levantar los remos y oir solo el roce del bote en el agua y el jadeo de tus compañeros de equipo. Dejar que el bote de detenga y estar esos minutos preciosos descansando, mirando como va despertando el bosque a tu alrededor. Es casi el paraíso. Claro… si mi equipo se hubiese llamado QueerSchlag, y hubiese sido como el equipo contra el cuál competían Tobi y Achim, hubiese sido el paraíso de verdad.

Pero claro, Tobi y Achim no son gays, sólo uno de ellos lo es, y no son miembros del equipo "QueerSchlag". Ninguno de los dos termina el verano virgen, y la amistad sobrevive, a la Krampack.

Linda película, la vería de nuevo con subtítulos, voy a tener que esperar que llegue a los cines en las próximas semanas.
 

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