I'm so Glaad!
El evento fue en el Marriott Marquis en Times Square. Llegué a los
Glaad Awards por insistencia de mi amigo John en cuanto a que era una buena causa y que serviría para conocer a gente que no anda por el circuito gay permanentemente, hombres que no están disponibles en la calle. Me costó decidirme a ir, especialmente porque hasta último minuto tenía un compromiso de trabajo que terminó cancelándose. Quedé libre y partí a reunirme con mis amigos al salón de eventos del hotel. Pero ya no quedaban puestos en la mesa de la patota, el que iba a ser mío se lo habían dado a un desconocido, y yo tuve que irme a otra mesa. Podía ser una oportunidad para conocer a alguien más que los típicos de la mesa de amigos. Busqué la mesa 140 en el mar de mesas que había en el salón, y me encontré con una mesa mayoritariamente de mujeres, lesbianas emparejadas, un tipo buen mozón acompañado de una “fag hag” rubia de San Francisco, y otro bastante estrambótico con una corbata psicodélica sobre una camisa negra de paño grueso y pantalones negros a rayas. Toda una pinta, se veía bien y no era nada de feo. Contrastaba fuerte con mi trajecito pin striped de Brooks Brothers, mas apropiado para Wall Street que para el evento más gay del año. Al rato llegó un rubio jovencito, parecía recién salido del colegio, parece que había llegado muy elegante, pero ya se había sacado la corbata en el cocktail antes de la comida. Trabajaba en relaciones públicas en Broadwayy representaba a Sandra Bernhardt, una comediante que también fue una de las presentadoras del evento. Evidentemente no había hecho un cheque por 350 dólares para estar en esa mesa. El buen mozón no dejó de parlotear con su fag hag, y Mr. Relaciones Públicas me contó su vida de chico sureño trasplantado a New York.
Glaad es la Gay and Lesbian Alliance Against Defamation, y se dedica a promover la representación justa, exacta e inclusiva de gente y eventos en los medios como una forma de eliminar la homofobia y la discrimnación basada en identidad de género u orientación sexual. Una organización que existe desde 1985, cuando se formó como reacción al tratamiento sensacionalista que el New York Post hacía de la epidemia de SIDA. Todos los años otorga premios a los medios que aportan a su objetivo, y esto se hace en un evento que a la vez se usa para juntar fondos para financiar las actividades del año de la organización.
Antes de terminar la cena se remataron varios viajes para dos, alcanzando precios increíblemente altos, entre treinta cincuenta mil dólares, varias veces su valor de mercado. Evidentemente había allí algunos buenos partidos… La concurrencia era mayoritariamente hombres entre 30 y 50, vestidos de traje oscuro y aspecto convencional. Había una que otra excepción como mi compañero de mesa, pero el evento podía haber sido una convención de negocios, excepto que las corbatas estaban infinitamente mejor combinadas y los hombres eran atractivos muy por encima del promedio. El evento requería “business attire”, lo que me decidió finalmente a ir, ya que no hubiese tenido tiempo de arrendar un smoking si lo hubiera requerido.
Después que Erasure tocó dos canciones, comenzó la entrega de las distinciones a los medios. El punto culminante de la ceremonia fue cuando Michael Douglas llamó a Ang Lee al escenario para entregarle el premio “Outstanding Film, Wide Distribution”. El director subió al escenario en medio de una ovación de pie que le dio una audiencia emocionada, y dio un discurso con su calma habitual y dejando ver su enorme sensibilidad e inteligencia. Un hombre admirable.
También fue bonito ver a un estudiante de la universidad de Dartmouth, jugador All-American de lacrosse, recibir la distinción Outstanding TV Journalism - News Segment: "Andrew Goldstein" ESPN SportsCenter. ESPN le hizo un reportaje a su historia de salir del closet frente a su equipo de deportes, a su fraternidad
Terminó la entrega y me reuní con mis amigos para ir al after party con todas estas celebridades que estaban en el evento. Bar abierto y DJ famoso, lleno de celebridades y yo que tenía que trabajar temprano hoy. Era como estar en un bar gay pero con la selección A. Muchos tipos increíblemente atractivos, elegantes, exitosos. La música estaba muy fuerte y después de un rato de saludar a amigos de mis amigos y flirtear a lo lejos con un flaco alto de ojos azules y barbita de tres días, decidí irme a dormir.
Salí al lobby y recogí mi bolsa de regalos, CD’s, DVD’s, revistas, productos para el pelo y… Tylenol PM. Una lapicera de IBM, quién lo iba a pensar de la compañía que hace un par de décadas no más sólo permitía usar camisas blancas a sus encorbatados empleados.
Me acerqué cargado con mi bolsa a la escalera mecánica para empezar a bajar desde el sexto piso hacia la calle, cuando veo al flaco de la barbita caminando con el amigo que lo acompañaba en la fiesta. También traía la bolsa de regalos y venía con cara de ir de salida. Me vio y sonrió, y me dijo hola. Le contesté con mi mejor sonrisa y se apuró a alcanzarme. Me dijo que se llamaba David y bajamos juntos, entre el sexto y el quinto piso me preguntó de donde era y me contó que era de California pero ahora vivía en NYC. Entre el quinto y el cuarto me di cuenta que era mucho más atractivo de lo que había podido ver en las penumbras de la fiesta. Entre el cuarto y el tercero hablamos un par de tonteras de esas que uno dice cuando está nervioso, y le advertí que tenía que pasar al coat check a recoger mi abrigo. Llegamos al tercero y él le preguntó a su amigo si había chequeado algo en el gusardarropía. Pero no, no tenía nada. Ahí me dijo “It was nice to meet you” y partió hacia la siguiente escalera mecánica. A los pocos segundos se devolvió y me preguntó si tenía una tarjeta o algo, considerando que no le había querido hablar durante la fiesta a pesar de sus miradas que al menos podríamos almorzar un día. Produje una tarjeta y le anote nerviosamente mi celular y le dije “Call me!”.
Cuando por fin llegué al primer piso había desaparecido. Espero que no pierda mi tarjeta.