DUMBO
Era media mañana del domingo, con un día brillante, sol, menos frío que los anteriores fines de semana. Ahí tengo mi auto estacionado juntando telarañas, y yo me enfrentaba a un departamento en necesidad de orden. Nada mejor que inventar algo para no hacerlo, y partí a explorar que hay mas allá de los puentes y túneles que comunican a Manhattan con los otros Boros de la ciudad. Decidí partir a Brooklyn, a conocer el famoso Williamsburg. Supuestamente una extensión del Lower East Side hacia el otro lado del río, en Brooklyn. Y ver que más hay por la orilla del río, desde donde me parecía obvio que habría vistas increíbles de Manhattan.
Me perdí por supuesto, pero finalmente logré meterme a la BQE, la Brooklyn-Queens Expressway, que comunica eso, Brooklyn con Queens. Me pasé de largo y en vez de salir en Williamsburg, e metí al puente Williamsburg, que me dejó de vuelta en …Manhattan. Delancey Street, pleno Chinatown. Me tentó tomar la FDR, carretera que bordea el río y me hubiera dejado en mi departamento en 5 minutos. Pero estaba decidido a explorar Brooklyn. Di un par de vueltas por calles repletas de chinos, jóvenes chinos con pintas modernas, parejas de abuelitos chinos arrastrando los pies por las calles, niñitos chinos tomados de la mano, restaurantes chinos e infinidad de letreros de colores fuertes, todo en chino. Casi nada en inglés.
En pocos minutos me encontré de nuevo cruzando el puente para llegar a Williamsburg de nuevo. Y esta vez llegué. No tenía un mapa comentado de Williamsburg, y aparte del Peter Luger Steak House, y un par de cafecitos medio hip, no vi mucho para explicar por qué se habla tanto de este barrio. Si, se parece al East Village, antes que se pusiera de moda. Hay lindos edificios antiguos. Y a las pocas cuadras se convierte en el centro de una comunidad judía ortodoxa. Una calle comercial, esta vez con los letreros en hebreo, tampoco entendí nada, pudo haber sido chino y me hubiera dado igual. Todos los hombres con ropa negra y esos sombreros negros planos, rulitos y cortes de pelo extraños. Las mujeres, de negro, con faldas largas y ropa que hace que se vean poco atractivas y sin gracia. Creo que esa es la idea, como el equivalente a los musulmanes ortodoxos que esconden a sus mujeres detrás de esos trapos negros, estos ortodoxos las afean. Ahora lo que se veía por las calles era judíos ortodoxos de todos los tamaños, pero sorprendentemente uniformes en el “look”, de negro, barba y rulitos por las orejas. Me declaro ignorante, no se de donde viene esta tradición. Decidí bordear la costa hacia el sur. Ahí pase por el enorme Broolyn Navy Yard, un enorme taller naval que se estropea un buen pedazo de la orilla de río en la parte con buena vista a Manhattan. Me imagino las ganas que le tienen los desarrolladores inmobiliarios.
Seguí por Flushing Avenue hasta que me encontré con DUMBO. Si,
DUMBO, no el elefantito ese de las historietas, sino que Down Under the Manhattan Bridge Overpass, un barrio cuyo nuevo nombre lo inventaron los
desarrolladores inmobiliarios que estan convirtiéndolo en un barrio residencial precioso.
Edificios antiguos enormes, convertidos en departamentos modernos, con unas
vistas impresionantes hacia Manhattan y a los puentes, parque a la orilla del río y una comunidad creciente de artistas para darle sabor al barrio. Antes se llamaba Fulton’s Landing, y consiste en unas cuantas manzanas en un territorio aislado por los accesos a los puentes de Brooklyn y Manhattan. Y lo están recuperando a todo trapo, convirtiendo los edificios de oficinas antiguos en lo que llaman “affordable housing” para gente de Manhattan. Curioso, fui a mirar los precios, e el departamento más barato que encontré andaba por el millón de dólares. Claro, es barato comparado con Manhattan, mas o menos US$ 500 el pie cuadrado, contra US$ 1.000 que cuesta en Manhattan. Lo que pasa es que estos departamentos “affordable” son más grandes que lo que uno acostumbra a ver en la isla al otro lado del río.
Me sedujo DUMBO, y aproveché de almorzar en un negocio de comida rápida italiana en una esquina muy central del barrio. Muy hip todo, gente linda, comida rica. Sensación de barrio, mucho a favor. Pero ¿quién quiere vivir en Brooklyn si puede vivir en Manhattan?