Mi infiel favorito
Siguiendo con el tema de la infidelidad, hoy me llamó Greg. Eran las dos y media de la tarde y medijo que iba saliendo del gimnasio, y que tenía que estar en el trabajo a las cuatro. Sonó a insinuación, ya que me preguntó si estaba trabajando en la casa o en la oficina. Le expliqué que en la casa pero que me iba pronto a la oficina y no me di por aludido. En una hora y media pordríamos haber hecho mucho. Pero ya basta, tengo responsabilidades.
Le dije a Greg si nos veíamos más tarde en la semana y lo invité para que fuera a la fiesta de beneficio que está dando mi amigo David el Mayor en su lindo loft del Village este jueves. Le mandé la invitación electrónica y ya me contestó que se iba a Philadelphia el jueves. Una pena, lo había invitado a que llevara a Tim también.
Todo esto me recordó a mi infiel favorito, Paul. El que conocí hace como dos años y todavía sigue muy arriba en la lista. Ese es un caso que está al otro extremo de Greg. Su pareja no tiene idea de que cada tanto tira una canita al aire con el Huracán. O con algún otro patas negras por ahí. No sólo no sabe, sino que Paul vive aterrado de que pudiera llegar a saber. No se atreve a que lo vean en la calle conmigo por si lo ve algún conocido y tuviera que explicar quién era yo.
Llamé a Paul para ver si podíamos vernos al final del día hoy. Me dijo que tenía que hacerse un exámen médico a las 5 y que después podía pasar por mi departamento. A las cinco y media me llamó para decirme que había cambiado la hora para el jueves porque había mucha gente ahí y que estaba justo abajo de mi oficina. Bajé en cuanto pude y ahi afuera estaba, tan guapo como siempre, con su cara de niño malo del coro de la parroquia. Se estaba poniendo a llover, por lo que tomamos un taxi y llegamos ràpidamente a mi casa. Creo que más que la lluvia le urgía tomar un taxi para no caminar por el medio de Manhattan con un hombre no identificable por parte de los amigos de su pareja que pudieramos encontrarnos en el camino. La paranoia máxima.
Subimos y como siempre Paul se portó a la altura. Lo pasams fantástico entre lo que conversamos y todo lo demás que hicimos. Incluso de la fidelidad o falta de ella con su pareja. Casi le dije que si no fuera por su infidelidad le harìa empeño para que dejara al otro y fueramos más que los fuckbuddies que somos ahora. Pero obviamente me pondría los cuernos a mi también.
No tiene planes de dejar a su pareja ni de plantearle que tengan una relación abierta. Sabe que ardería Troya si siquiera lo insinuara. Está preparando unas vacaciones que se van a tomar en Junio en Umbria, Italia. Preocupado de recordar suficiente italiano como para poder hacer las compras para la cocina. Todo normal en esa pareja, no hay sospechas de infidelidad. Y lo quiere dejar asi, por lo que cuando yo saí de mi edificio con él para ir al gimnasio y él para ir a tomar el metro de vuelta a Brooklyn, insistió en que nos fuesemos por distintos caminos, aunque perfectamente podríamos haber caminado juntos. No nos vaya a ver alguien....