Historias de un Huracan sin rumbo
Friday, August 25, 2006
  Preppy boy
Llegué de mi viaje ansioso por hablar con Peter. El encuentro en el bar había andado y bien y se me quedó en la cabeza el toque de labios al despedirnos en Madison Avenue. Me mandó un mail mientras andaba de viaje. No, me mandó dos, uno para decirme lo bien que lo pasó conversando conmigo en el bar, el otro para decirme que él ya había regresado a New York y que podríamos vernos. Le contesté que yo todavía no regresaba y que lo llamaba cuando volviera. Parece que lo tomó como una forma indirecta de mandarlo al carajo, porque cuando llegué a New York , un día más tarde de lo presupuestado no había hecho ni amago de llamarme. Yo estaba seguro de que encontraría un mensaje suyo en el teléfono. Ahí me puse a dudar si llamarlo o no. Pero lo llamé. No contestó el teléfono y me pasó al correo de voz. Se me vinieron los nervios encima, era la última oportunidad de no perder contacto con él. Traté de poner mi tono de voz más amable, y de decir lo correcto sin mostrar mi ansiedad. Le dije que me llamara.
Pasó la tarde y nada. Me sentí mal, pensé que me iba a llamar inmediatamente. Llegué al departamento en muy mala onda y me metí a internet con intenciones de encontrar una solución rápida a la mala onda. Y me encontré con un mensaje a través del sistema de paginas web en que nos contactamos por primera vez. Me decía que había perdido mi teléfono, y que cuando le entro la llamada estaba fuera de alcance y no quedo registrada. Que le mandara mi teléfono.
Diligentemente le mandé mi número de teléfono. También había un mensaje suyo en mi email, directo desde el suyo, diciendo que había encontrado mi email pero no mi telefono. Claro, si le había mandado varios emails directamente.
No lo llamé, pero al día siguiente me estaba llamando para ver si nos podíamos ver. Quedamos de salir el sábado, a comer, que después veríamos donde. Me sonó inseguro, pero contento de volver a tener contacto conmigo. Me alegró el día y me puse a pensar en que haríamos en esa salida, que esperaba no terminar con otro roce de labios en plena calle. Pensé en que Peter también es menor que yo, tan menor como fue en su tiempo Steve. 12 años le llevo.
Hablamos el sábado en la mañana y le dije que escogiera el restaurante. Me dijo que lo pensara yo también, como inseguro de nuevo. ¿qué sé yo dónde llevar a un neoyorquino sofisticado como él ? Terminó escogiendo él, un restaurancito italiano del Upper East Side, convenientemente cerca de su departamento. Me dijo que muchas veces comía ahí. Era un restaurante mas familiar de lo que me esperaba, lo que me alegró, porque no quería que todo fuera tan elegante como la primera vez, cuando nos vimos en el Plaza Athenée.
Me subí a un taxi medio complicado, y llegué un par de minutos atrasado. Acababa de parar la lluvia y cuando entré ya estaba llamándome. Parece que voy a tener que mejorar mi puntualidad si quiero salir con Peter. La sonrisa que me tiró cuando me vio me relajó totalmente, se me pasaron los nervios de una vez, y me sentí cómodo en un segundo. Pedí una copa de vino blanco, hacía mucho calor, y Peter sorprendentemente para mi, no toma alcohol. Apenas comió, solo los camarones de una pasta que se veía deliciosa, y un sorbet de fruta.
La conversación no se acerca de qué fue, pero fluyó bien y seguí sintiéndome muy cómodo. La mesa era minúscula y no pude evitar que nuestras piernas se estuvieran rozando durante toda la comida.
Salimos del restaurante y nos fuimos caminando por Madison hacia el sur, varias cuadras, hasta que de repente me dice, “¿Quieres venir a conocer mi departamento?”. Por fin, pensé, ya veía que me daba otro toquecito en los labios y partía para su casa.
Su departamento está en uno de esos edificios chicos, de 5 pisos, entre Madison y Park Avenue. Un edificio elegante en lo mejor de Nueva York.
Su departamento es precioso, diseñado por él mismo, y la verdad es que en directo se ve mucho mejor que la foto que había visto en su catálogo de diseño en internet. Hasta lo dejaría que me decore una casa. Que verguenza cuando conozca mi departamento.
A la una de la mañana salí caminando por Madison, chaqueta al hombro, feliz de la vida y con la cabeza llena de ilusiones. Con energía de sobra y ganas de hablar con Peter de nuevo, pero sentí que era muy de pendejo llamarlo 10 minutos después que salí de su casa. Asi que me fui caminando hasta mi departamento como en esos avisos de perfume en que el jovencito baja a la calle desde el departamento de su novia en Paris y se va caminando encantado mientras la ciudad está recién despertando.
Al día siguiente desperté temprano, y lo primero que pensé fue en la fantástica noche anterior. Tuve que contener las ganas de llamarlo para decirselo, otra vez me hubiese sentido un pendejo. Recién a las 12 me atreví a llamarlo, y no lo encontré. Le dejé mensaje, y al rato me llamó para decirme que también lo había pasado muy bien. Que tal vez debiéramos hacer algo el fin de semana. Le contesté que tal vez deberíamos tomarnos un fin de semana juntos. Que me habría gustado acompañarlo a caminar en Central Park esa mañana, pero que a la hora que él fue al parque no me atreví a llamarlo porque pensé que estaría durmiendo. Hablamos de a que hora nos levantamos normalmente y resulta que los dos somos malos para dormir y nos levantamos temprano. Mejor así, buen comienzo. Nos vimos de nuevo ayer.
 
Comments:
Huracán gozador,ç
Menos mal que me aclaraste las cosas del psot anterior. Quizás deberías decir en alguna parte que imaginemos que todo es ficción. Es que me tienes tan acostumbrado a tu realidad, jajaja :D
Me alegro que todo sea miel sobre hojuelas (siempre quise escribir esa frase cliché en alguna parte).
Toda mi buena onda para que esta relación continue así de bien. Es sorprendente cuando uno siente que le tuerce la mano al destino, a contestadoras sin baterías, mails confundidos como spam, números de teléfono borroneados por la lluvia, etc :_)
Bear hug,
Eleu
 
Y bue, eso es basicamente sentirse vivo.... all the best then !
 
Que envidia pero de la buena ya quisiera yo una historia asi, mucha suerte y ojala todo siga "miel sobre hojuelas"
 
wow... no pude dejar de sonreir feliz, al imaginarte caminando en madison.. con una sonrisa de que estuviste con alguien que te ilusiona..
felicidades y que todo siga saliendo muy bien...
 
Que vida mas bonita te llevas. Yo estoy tambien en N.Y.C. y leyendo algunos blogs tuyos veo que hay lugares que nunca he conocido y que bajo tu descripcion se ven tan interesantes.
un chileno mas por aqui.
 
Amigo,

hace tiempo que no pasaba por aca.Linda historia..te imaginé con la chaueta en los hombros caminando contento y saltando para evitar las pozas de agua... con la tremenda sonrisa....

keep us posted!

abrazos
 
Parece que marcha bien el corazón (y el resto de la anatomía, que tb es importante) ¡Me alegro!
Esperamos novedades. Por ahora hay que conformarse leyendo la nueva actualización de las primeras temporadas; definitivamente artículos de colección.
Abrazo!
 
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