Relapse
No estoy listo para el la monogamia de la que he hablado. O Peter is not the one.
Por más que lo he intentado, ya no me emociona pensar en tener una relación de largo plazo con Peter. Me gusta salir con él, cuando no estoy cansado, cuando se que las cosas se van a dar bien. Pero no puedo proyectar esto a mediano y menos a largo plazo. Aunque por un rato se me pasó por la mente, ya no parece ser una opción. Hay cosas de él que me gustan, y mucho, y sé que tengo un lado así, ¿será mi lado mas femenino?
Lo conversaba con mi amigo John, claro, John y yo somos amigos como esas minas de Sex in the City, conversamos de estas cosas a cuero pelado, sin tapujos y dando opiniones honestas sin decir lo que el otro quiere escuchar. Y me preguntó que no me gustaba de Peter, porque al comienzo me había visto tan entusiasmado. Y pensándola bien le reconocí que me gustan los hombres un poquito más rudos. John , con su lógica impecable, me sugirió que tomara nota de eso.
Me quedé pensando en que la personalidad de Peter me gusta, su sensibilidad, capacidad de apreciar la belleza, su elegancia, y su masculinidad sutil. Pero me gustaría verlo bañado de sudor tratando de subir un cerro en bicicleta, o bajando por una pista de esquí para expertos. Me gustaría verlo decir un garabato o perder su cool por un minuto, y que le de un arrebato. Creo que me gustaría verle salir la testosterona por los poros. Y no creo que pase… por lo que no creo que lleguemos tan lejos.
Estuve en Las Vegas hace unos días y conocí a Dan, un australiano que andaba por ahí en viaje de negocios. Su empresa lo mandó a una feria que había en uno de los tantos hoteles del Strip de Las Vegas, y se estaba alojando en el hotel Hilton. Después de haber chateado y hablado por telefono, llegue a encontrarme con él en un bar detrás del casino de su hotel. Tempo se llamaba el bar. No se como se llama una sonrisa hacia un solo lado, el izquierdo en el caso de Dan, pero parece ser marca de fabrica de él y de Cocodrilo Dundee. Esa media sonrisa que parece socarrona, pero que en este casao es muy amistosa y sincera. Me reconoció al instante y me dijo “Want a beer mate?”, ya que el se estaba tomando una. La verdad es que no tenia ganas de tomar, y le dije que no, que estaba bien asi. Entonces miró la suya y dijo que la podía terminar arriba, en su habitación. Pagó su cuenta, y partimos hacia el ascensor.
Casi nunca me pasa que tengo una erección incontrolable en un lugar público, pero en este caso fue asi, y para peor andaba con un pantalón de buzo y no tenía como esconderla mientras ibamos en un ascensor lleno de señoras gordas del medio oeste. Lo mejor que pude hacer fue una especie de contorsión con el cuerpo, disimuladamente. como si estuviera a punto de cagarme, y poner las manos sobre el área comprometedora. Creo que no paso a mayores y fue un alivio cuando el ascensor, después de cinco paradas llego al piso 23 donde estaba la habitación de Dan.
Dan es un tipo muy atractivo, de 44 años, machote y buen mozo como parece que los saben hacer en Australia. Simpatiquísimo y apasionado, sin vueltas, sin rollos.
Nos quedamos ahí mucho rato, mucho más de lo que habíamos planeado. Me dijo que yo era muy su tipo, “chunky boy with a big dick”. No supe como tomarlo, ya que nadie me había descrito asi antes, pero me quitó todo el incentivo para hacer dieta y bajar unos kilos. Dan no me quería dejar ir, y reconozco que a mi me costó salir de ahí, pero yo quería ir a conocer la Hoover Dam y se estaba haciendo tarde. Es una buena hora manejando desde Las Vegas, y finalmente llegué cuando anochecía. Pero llegué, y contento.
Dan quiere venir a New York, no sabe cuando pero por negocios se las arregla, me dice. No importa, si puede que venga, igual vive demasiado lejos. Cuando llegué a New York y recibí una llamada de Ricardo, un estupendo brasileño de 28 años que generalmente llama con un solo propósito en mente, se la contesté…