Historias de un Huracan sin rumbo
Sunday, December 24, 2006
  Pinochet
Corté mi suscripción al New York Times porque no me da el tiempo para leerlo. Al menos no alcanzo a leerlo todos los días, por lo que la dejé solo para los fines de semana. Tal vez por eso, y porque apenas enciendo la televisión es que casi no me di cuenta de la muerte de Augusto Pinochet. Recién hoy me di cuenta que había salido una foto a colores del velatorio en el centro de la primera página del Times. Y según me dicen estuvo en las noticias de todos los canales de televisión.

Con cinco horas de diferencia, tengo que haber estado en la cama todavía cuando murió el general. Abrazado con Steve en una rústica habitación de un lodge de montaña, pensando en todo lo que me él me había dicho la noche anterior antes de quedarnos dormidos, especialmente acerca de nuestro pasado y como eso lo hacía temerme. Estaba realmente en otro planeta respecto de un general ex dictador que se muere de viejo en su cama. Pero si, yo también estaba en la cama en ese momento.

Me enteré el lunes, cuando llegué a New York a mi casa y conecté el computador. La primera noticia que ví fue que el general había muerto. Me sorprendió, no porque encontrara extraño que muriera, ya que parecía lógico después de las noticias del infarto, sino porque me hizo darme cuenta cuánto me desconecté del mundo para estar esos tres días con Steve en las montañas del oeste. Y traté rápidamente de ponerme al día, leyendo lo que pude en Internet de los diarios chilenos. No había caso, me había perdido de recibir una noticia histórica al instante, fui uno de los rezagados, vine a saber de la noticia cuando ya medio mundo había reaccionado y opinado.

Igual creo que vale la pena dejar mi opinión aquí. Estando lejos no tuve que decidir si ir o no al funeral, ya que me era imposible. Por suerte no le tengo que dar explicaciones a nadie acerca de lo que hubiese hecho de estar en Chile, por lo que voy a darle rienda suelta a los sentimientos y pensamientos que me provoca la muerte de Augusto Pinochet.

A este señor lo conocí personalmente un día cuando fue a visitar mi universidad en tiempos de estudiante. Fue de sorpresa, no tenía idea que iba a ir, y ahí estaba yo parado en la cola de la cafetería cuando se acerca un grupo de personas, y veo que es el general con su entourage. Se dirigió a la cola y me dio la mano, mirándome a los ojos desde muy arriba, con sus ojos azules de abuelito bueno. Me quedé helado, no sabía que era tan alto ni que tenía esos ojos con una mirada más inteligente y profunda que la imagen que me había formado en la televisión y los diarios. No supe que pensar, excepto que el tipo tendría que haber salido más a la calle para mejorar la imagen que tenía.

Eran los tiempos en que el único compañero comunista, con el que yo estudiaba, vivía con pánico, muy digno, pero pánico al fin. Y el sobrino de un senador democratacristiano, que completaba nuestro grupo de estudio, le daba todo el día a su discurso anti-dictadura. Y yo me mantenía neutral, después de haber visto parientes sufrir mucho a ambos lados del espectro político. Por mi naturaleza le trato de buscar el lado bueno a las cosas, y tal vez eso me ha impedido matricularme en las listas de héroes o mártires de la humanidad, ya que después de analizar las cosas se me hace difícil tomar una posición extrema.

Con lo que se sabía del gobierno militar estaba claro que había cosas que estaban pasando que no eran exactamente muestras de respeto a los derechos humanos, pero nunca parecieron cosas tan graves como las que se fueron a revelar después de que terminó el gobierno militar. Ni siquiera le había oído a mis primos, ni a sus amigos, que estuvieron presos por razones políticas que las cosas fueran peores que algo de tortura, apaleos y cosas así, para sacar información en los momentos mas críticos despues del golpe. Pero en el fondo de mi mente había la sospecha de que sin tener un poder judicial funcionando bien, cosas muy feas podían estar pasando. Pero por otro lado veníamos saliendo de un caos que había sido traumático y que nos había hecho temer seriamente por el futuro en Chile.

Antes del golpe conocí a violentistas de la izquierda, y no me hacía sentir muy bien que estuvieran por ahí armados. Conocí también a extremistas de derecha, y me daban miedo. Me toco un par de veces estar al medio de batallas campales en la calle entre grupos de gobierno y oposición, durante el gobierno de Allende, y me daba terror que pudiera estar en la categoría de momio porque era un adolescente de pelito claro y bien alimentado. En una de las tantas marchas de obreros “contra la reacción” me tocó ver como gritaban “Los momios al paredón, las momias al colchón”. Mi barrio penquista estaba en pie de guerra, había unas especies de milicias protegiendo los terrenos vacíos de las tomas organizadas que traían gente de las poblaciones a “democratizar” los barrios. Sonaban balazos casi todas las noches.

La vida política civilizada se había acabado y el trato entre políticos era grosero y nadie tenía interés en oir al otro, sólo buscaban imponer su punto de vista. Imponerlo en forma total y completa, sin transar en nada. Los ánimos autoritarios venían de todos lados del espectro político. Muy mala onda. Odio, miedo, violencia. Hace un tiempo vi de nuevo el video “La batalla de Chile”. Un documental de esa época, de Patricio Guzmán, con una visión desde la izquierda de esa época acerca de lo que estaba pasando en los últimos meses del gobierno de Allende. A pesar de que pretende ser un documental acerca de la rebelión de la burguesía que llevo al golpe de estado, para mí es un retrato de la patética división a la que llegó el país, con sectores de la sociedad que se volvieron incapaces de resolver sus diferencias por medios civilizados.

Fue en el medio de eso que apareció este señor Pinochet, empujado por sus colegas comandantes en jefe a liderar el golpe de estado. El golpe me pilló camino al colegio, había salido a dedo con mi hermano menor, ya que no había transporte público. La señora que nos llevó vio las primeras tanquetas, prendió la radio y apenas escuchó los primeros “bandos” del nuevo gobierno y entró en pánico. Nos dejó tirados en el centro de una de las ciudades más conflictivas del país, con camiones con tropas moviéndose por las calles. Seguimos caminando al colegio y cuando llegamos vimos que los curas habían cerrado a machote. Nadie podía entrar, todos a su casa. Mi único compañero comunista estaba llorando de miedo, rompiendo la credencial de la que se sentía tan orgulloso. Volvimos caminando a la casa, viendo un ánimo confuso, habían algunos poniendo banderas, otros a los que habían subido a camiones militares y se los llevaban a alguna parte. Todo se veía tranquilo, parecía que el golpe sería pacífico en la ciudad, y que todo lo habían hecho temprano.

Finalmente llegamos a la casa y empezamos a oir las noticias de Santiago, la clausura del congreso y el bombardeo de la Moneda. De pronto me cayó la teja de lo que estaba pasando, que se estaba acabando nuestra patética democracia. Mi hermano mayor aúllaba contra los milicos fascistas, que dónde nos iban a llevar con esto. Su universidad estaba parada y por eso estaba en la casa por esos días. No se cómo fue que terminamos en la casa de un vecino que apenas conocíamos, una casa linda y grande ya que su papá era un arquitecto famoso. Oyendo noticias y especulando sobre que iría a pasar. En mi casa no había adultos en ese momento, mi mamá estaba trabajando y no volvería hasta muy tarde, ya que su empresa estatal había sido intervenida por la marina por “estratégica”. Nos quedamos con este nuevo amigo hasta que hubo toque de queda como a las seis de la tarde, y tuvimos que volver a casa.

Esa noche oímos disparos de metralleta toda la noche, una balacera intensa, que venía desde el centro de la ciudad. Las radios apenas reporteaban esos “incidentes”, y en los días posteriores pudimos ver varios edificios del centro que estaban ametrallados, particularmente alrededor de algunas ventanas de departamentos a bastante altura. Los hoyos de las balas quedaron así por años. No se hablaba de muertos, pero se daba por entendido. Me invadió una tristeza enorme, que me duró años o tal vez toda la vida, alimentada por los años de privaciones de los setenta, los camiones militares que vi llegar a buscar gente a sus casas, los primos exiliados y el miedo que se notaba en los ojos de muchos.

Terminé el colegio ese año, no sin antes ver a mi profesor de historia regresar psicológicamente destrozado de la Quiriquina donde lo tuvieron detenido. Dimos la prueba de aptitud en el verano y partí a la universidad.

No tuve miedo, los militares no me atemorizaban ni en los peores de los tiempos. Me atreví a ser desafiante y traté de mantener mi dignidad cuando me paraban. Fueron mis tiempos de universitario en Valparaíso, en una universidad que se convirtió en una sucursal de la escuela naval, con gimnasia obligatoria y una presentación masiva de gimnasia rítmica protagonizada por nosotros los estudiantes de primer año. No se hablaba de política, y yo veía a los amigos de mi hermano, los que alcanzaron a conocer las universidades politizadas de antes del golpe, que tenían miedo. Mi generación fue la primera que tuvo toda su educación universitaria bajo el gobierno militar.

Me dejé el pelo largo, me vestí como se vestían los jóvenes de esa época, alternativo, empujando un poco los límites. Me emborraché en la calle y en la playa, me reí descaradamente de las Fiestas de la Primavera que inventaba el gobierno para levantar los ánimos. No discriminaba por color político a mis amigos y acompañé a mis primos hasta el día que se tuvieron que ir exiliados. Igual nunca me pasó nada, la violencia era muy dirigida. Para que a un adolescente medio rubiecito le pasara algo tenía que ser declaradamente comunista o haberse metido en las patas de los caballos. El racismo predominante en la época era una protección para mí, con mi cara de niño bueno. El color era un indicador de clase y la clase de color político. Y no había mentalidad más clasista y racista que la de los militares chilenos.

Pinochet era en ese momento uno de los de la junta, no el único, daba la sensación de primero entre pares, ya que era el presidente. Desde Valparaíso, donde la marina mandaba, se veía un poco distorsionado el panorama, dando la impresión de un poder más repartido.

Los años pasaron y quedaba cada día más claro que no ibamos a volver al Chile que conocíamos, ni a la democracia que los militares terminaron de liquidar. El gobierno de Pinochet y la junta fue tomando cada día más una cara de gobierno fundacional, un gobierno de fuerza que iba a rehacer el país, dejando poco de lo que traíamos de tradición. Al mismo tiempo que decían que estaban salvando a Chile, le metieron una revolución profunda, en la que no hubo muchas consideraciones para nadie. Lo que llaman el costo social, que lo pagaron muchos. Empresarios que quebraron cuando abrieron la economía, trabajadores cesantes, ahorrantes estafados por el libertinaje de los mercados financieros. Y otros que vieron beneficios inesperados, campesinos recibiendo títulos individuales de propiedad, la tierra que no volvió a los patrones después de la reforma agraria. La privatización masiva y apresurada de los años setenta, el auge y caida de los primeros grupos económicos, la crisis bancaria y la refundación de las bases económicas del país en los años ochenta, con las AFP, la regulación bancaria, el rescate de los bancos, el capitalismo popular y las privatizaciones de segunda generación.

A pesar de la dictadura el poder del Estado disminuía día a día. Los liberales tenían influencia sobre el dictador y él, siguiendo su instinto, dejó hacer. Hábilmente cuando tuvo dificultades políticas le dio un premio de consuelo a los estatistas corporativistas poniendo a Jarpa y a Escobar en los ministerios claves, pero al final, volvió a los liberales que le dieron el impulso de largo plazo al país.

Vimos los asesinatos de los profesores comunistas, el de Tucapel Jiménez, y tantas otras brutalidades. Había más apertura, pero siempre bajo el poder total de Pinochet. No se movía una hoja en el país sin que él supiera, dijo una vez.

A regañadientes dejó la presidencia cuando perdió el plebiscito, pero la dejó. Un dictador con poder total al que no tuvieron que sacar en un ataúd, y que mientras siguió viviendo en su propio país vio como éste regresó a una democracia mucho más abierta que la versión protegida que él tuvo en mente. No le gustó, pero fue producto de su propio diseño, porque se usó su propia institucionalidad para construir lo que hoy tenemos.

Nos dejó un país mejor, mucho mejor que aquel que le dejamos tomar a su cargo por nuestra propia inoperancia. Lo hizo a su manera, brutal. Corrió sangre, murió gente y torturaron a otros, y él es responsable, porque no se movía una hoja en el país... Pero fuimos todos responsables de llevar las cosas a ese extremo y dejar el país en una situación en la que un golpe militar parecía un mal menor, a pesar de que hoy muchos próceres que apoyaron inicialmente el golpe hoy reniegan de sus palabras.

No se quién es un paralelo en la historia para Pinochet, algunos lo comparan con Hitler, lo que me parece ridículo. El señor éste nos salvó de una guerra con Argentina y buscó razonablemente darle una salida al mar a Bolivia. No persiguió a nadie por su raza ni por su religión, menos que se considere al comunismo en esa categoría. Fue un gobierno duro, autoritario, que violó los derechos humanos, pero no se acercó a lo que fue el nazismo alemán. Otros lo comparan con Franco, y tal vez algo se parece a los últimos años del dictador español, pero Pinochet es de otra época, es de la guerra fría y no de la segunda guerra mundial. Y por Dios, que diferente relación tuvo con la iglesia católica Pinochet.

Creo que con el general es su propio referente, para bien o para mal, es una figura histórica. Y hoy la prensa de los países democráticos desarrollados le dan duro, lo presentan como un hombre malo, porque su intención fue “destrozar la democracia”, diciendo que “no importa cuanto haya hecho por la economía”, el hombre era malo porque aplasto una democracia. Pero me temo que eso es una pose para decir, no podemos reconocer que la democracia se autodestruye a veces y que un dictador puede ser un camino para el “progreso”, no sea que se tienten otros de países que son casos perdidos en los que la democracia no funciona. Miren a Iraq. No, hay que demonizar a este señor, pero me cuesta olvidar que muchos de los hombres celebres con cuyos nombres adornan las calles las capitales europeas no fueron precisamente respetuosos de los derechos humanos. Y no han sido demonizados sino que puestos en contexto.

A Pinochet hay que reconocerle lo bueno y lo malo, y no simplemente demonizarlo por lo malo. Porque ha sido determinante en nuestras vidas, en lo que somos y lo que vamos a poder ser. Que no necesariamente es lo que el tenía en mente, pero es mejor de lo aquello hacia donde ibamos.

Lo que no me pude tragar de Pinochet fue su incapacidad para reconocer las violaciones de derechos humanos y asumir la responsabilidad de eso frente a los chilenos. El no asumirlo heroicamente, como lo que tuvo que hacer en ese momento de la historia, y el no pedir perdón, me hace pensar en pequeñez, temores por el bienestar inmediato, por sus herederos. Desconfianza del juicio de la historia, incapacidad de asumir su destino como un O’Higgins o un Bolivar. Eso fue lo más fuerte para mi. Lo de las platas fue sólo la guinda de la torta y consistente con lo anterior. Refugiarse con un colchoncito de protección en vez de enfrentar su destino.

Así y todo, fue un hombre que dejó una marca fuerte en mi vida. Creo que me hubiese gustado estar en su funeral. No para alabarlo ni para escupirlo, sólo como testigo de la historia.
 
Comments:
Por lejos, el mejor análisis que he leído.
Chapeau, señor Huracán.

Me quedo especialmente con esta frase como lección de historia: "Pero fuimos todos responsables de llevar las cosas a ese extremo y dejar el país en una situación en la que un golpe militar parecía un mal menor".
Creo que pocos son capaces de hacer ese mea culpa.

Saludos!
 
SR. Huracan, que buen comentario, tiene mucho de lo que yo mismo pienso.
Yo tambien vivi todo el periodo Allende, y se lo tragico que fue para muchos de la epoca esa violencia y odio, de chilenos contra chilenos, que veo que a pesar del tiempo transcurrido
aun quedan vestigios. Por voluntad propia sali al extrangero y solo he vuelto de vacaciones, pero he visto como mi pais ha salido de esa etapa negra, que las nuevas generaciones no vivieron pero que han idealizado equivocadamente. Se que la historia colocara a Pinochet en el lugar que le corresponde, con sus buenas y malas acciones, pero al final nunca sera olvidado y tendra gente mucha gente a su lado.
 
Es triste que decir lo que dices acá en Chile significa que buena parte de tus pares casi te crucifiquen. Aún así, creo que lo que dices interpreta de buena forma lo que pienso.

Un abrazo!
 
Mmmmmm... creo que no puedo apoyar muchas de las cosas que dices, es cierto que el país estaba mal, pero... lamentablemente yo no viví eso. Yo nací el 74 en una familia mas bien modesta, tuvimos muchos problemas económicos, pasamos miedo, y fue difícil, tuvimos que vivir de allegados en casa de mi abuela. Después, cuando las cosas "parecían" mejorar, seguía el miedo pero conseguimos una casa... eso fue por el año 81, creo que ya sabes que fue lo que pasó. Tuvimos que volver a casa de mi abuela.

En fin, no se ni me interesa que pasó antes del golpe, como eran las cosas o si lo que me cuentan en casa, lo que vieron durante el golpe y los años que siguieron después es cierto (aunque por lo que se ha sabido lo era). Lo único que se es que yo crecí así, en ese "mundo" y creo poder decir que me "acostumbre" a eso. Soy alguien apartado de la política, en verdad... apartado de casi todo porque crecí sabiendo que al final era poco o nada lo que realmente significaba lo que pensaba una persona como yo, o como los que formaban mi familia.

Al final... salimos de una para entrar a otra, durante el gobierno socialista muchos ganaron mucho, y durante el gobierno militar, muchos ganaron mucho más. Al final, nosotros solo estamos en medio viendo como pasan las cosas.

Solo puedo decir que no tengo sentimientos encontrados con alguien como Pinochet, es simplemente un tipo que vio la oportunidad es usar una idea para hacer lo que quiso. Venga de donde venga, eso es despreciable. No creo poder separar a una persona en partes, así que... sumando y restando, creo que el viejo está "gozando" de su premio después de las cosas que hizo.

Era solo un hombre que se comportó como lo hace un hombre que tiene una oportunidad.

Saludos.
 
Estaba pensando que se te cayó la sota mientras leía eso de encontrarse con Pinochet a "boca de jarro" en la Universidad... era obvio que eso fue antes de 1979, porque después habría sido un suicidio. Pero ya más abajo te develaste solo.

Sobre el contenido, comparto la mayoría de tus apreciaciones. Vivir la Unidad Popular desde el ciudadano que nunca fue un exaltado fue difícil. Era imposible mantener la cordura en un ambiente descabellado en que cada uno hacía lo que le parecía mejor.

La dictadura era la consecuencia evidente. Pero no por ello fue aciaga. El miedo a los milicos, de eso también me acuerdo: del miedo a meter la pata, a que una inocente broma pudiera ser malinterpretada. Allí fue cuando los chilenos perdimos la alegría de vivir y nos volvimos más reservados.

En fin, yo también hubiera ido al funeral, a pesar de que estoy convencido de que fue un viejo nefasto. Pero es un capítulo de la historia.
 
perdón, cuando dije "no fue aciaga" quise decir "no fue jauja"...
 
No comparto tu visión del pasado. Me evoca la visión de persoinas mayores, que quedaron fijadas con la experiencia de la UP y los miedos que esta generó. Creo que tu misma neutralidad refleja una clara posición, una adhesión tácita al régimen. Me cuesta entender como una persona informada, no se enteraba de las cosas que pasaban. Salvo que, como creo que pasó con buena parte de los chilenos, de los que no me excluyo, que por miedo o por pensar que era el "costo menor", toleramos los abusos del régimen. Obviamente que para los sectores más acomodados y medios, el valor de la seguridad y el orden era más importante que otros valores más fundamentales. Eso quedó claro con el escándalo del Riggs, sólo frente a este hecho, algunos de sus partidarios más firmes, comenzaron a cuestionar a su lider. Tenía para el golpe 9 años, recuerdo el clima de confrontación y tambien el temor al enfrentamiento que se vivia antes de 1973. Pero a partir del golpe se escibe otra historia y nada de lo anterior justifica los horrores que vinieron después. De ellos son absolutamente responsables sus gestores. Crecer en un país sin libertad, así de simple, pero asi de dramático y profundo, es un costo que no le perdono a la dictadura. Eso desde el punto de vista personal. Desde el punto de vista de los principios que trato de profesar, en que el derecho a la vida es central y la dignidad de la persona humana, fundamental, el costo de ese régimen es intolerable. Lo demás, las corruptelas, simplemente son consecuencia del ejercicio absoluto del poder, como lamentablemente ha ocurrido y ocurrirá con los típicos dictadores latinomaericanos y otros no tanto, de nuestra america latina.

Coincido contigo en eso que le faltó altura. Así como Allende, pese al desastrozo gobierno que tuvo, se reivindica con su gesto de sacrificio final, en el momento del desastre, manteniendo la dignidad de la figura presidencial, a Pinochet le faltó esa altura y dignidad final, que seguramente en parte, habría mejorado la visiómn d eparte de sus compatriotas y de la historia.
 
cual fue la dignidad y altura de Allende al suicidarse? yo lo veo como al tipo fraudulento que cuando se ve descubierto y acorralado, se suicida antes de enfrentar la justicia
 
creo estudiamos en la misma universidad y sabes que?, creo que fue mejor para ti no ver como se manejo el tema desde el exterior, aca en UK fue un reverendo circo, la BBC puso la noticia de tal manera que tergiversaron toda la realidad, de la prensa escrita el reportaje mas sensato, para mi sorpresa, fue the independent, quienes fueron capaces de dar una vision macro a lo que realmente paso en chile, quede bastante decepcionado respecto a lo que se escribio en the guardian...., cuento aparte la gente, sin ir mas lejos en el curso que actualmente estoy tomando en la universidad se trato el tema, las visiones de los exranjeros son por decir lo menos extremas, entendible ademas por la propaganda que los exiliados efectuaron en sus tiempos por estos lares, tuve que explicar que de partida, el golpe no fue algo gratis por algun capricho que a el senor pinochet se el ocurrio un 11 de septiembre, sino mas bien por la situacion caotica y crisis economica en la que estaba sumido el pais.., y que, posteriormente, al caballero se le subieron los humos a la cabeza y que se el tema el poder se le fue de las manos, en otras palabras darle perspectiva al tema desde un punto de vista mas macro que el de los derechos humanos o del desarrollo economico, somos el fruto de la historia para bien o para mal chile no es ni seria lo que es hoy sin su historia... creo que solo la proxima generacion sera capaz de dar el tema por superado...

As usual buen post...., si tienes tiempo me gustaria hacerte unas consultas laborales, dado que tu experiencia creo me sera de utilidad
 
Vaya...
Este tema si que queda pendiente...
Quedan pendientes puntos importantes...

Imagino que cuando se traten los temas, sin por ello ser de "Dios o ser del Diablo", uno a uno, veremos un real avance.

Cuando el usuario anónimo de 2 post atrás dice: "Creo que tu misma neutralidad refleja una clara posición, una adhesión tácita al régimen", se refleja esta actitud.

Y en esto concuerdo con Huracán y con varios que sentimos que le falta darle varias vueltas antes de archivarlo.

/////Diría que lo primero que falta es ver el contexto. Juzgar ese periodo con los criterios y miradas de hoy es injusto.
Suena inocente y mamón decirlo parece que incluso en el 2006, nos cuesta captar que hemos evolucionado harto, que en pocas décadas el mundo es otro...

Profundizando esta mirada amplia, se pude ver, tal como "La casa de los espíritus" claramente muestra que la historia social chilena es secuencial. A cada exceso de un lado, le sucede un exceso del otro... Excepto por un proceso social subyacente que aún permance trunco. Ok, a nivel político tenemos gobierno socialista, y hasta los "pinguinos" han sacado la voz, pero aún falta que los trabajodores de este país saquen la suya y se haga -no diré justicia- se perfeccione el mercado y se mejore la competencia al permitir que los trabajadores expresen sus demandas a un nivel similar a como lo lograron en USA en la década de los 50, Europa a fines de los 60. Y que en Chile se comenzó a tapar con miedo desde la matanza de Santa María de Iquique y la matanza de Punta Arenas.

Ver el contexto, significa entender las raices de lo que sucedió y baste lo dicho para mostrar que estamos lejos.
Añadiría algo que casi nunca se menciona: En la UP, como respuesta a los ataques groseros y excesos contra la propiedad privada iniciados con la DC y sin esperar reconcialición alguna, la élite económica le negó: "el pan y la sal" a Chile y al gobierno de entonces...tal como lo constaté hicieron al comienzo del gobierno de Lagos y probablemente mucho más.
Acción y reacción... todas extremas.
Nadie buscando el encuentro, o el punto en común.

Y si estas ideas aún causan discusión, puedo suponer que entrar al tema policial con perspectiva del tiempo aún es muuuy temprano. Veamos... en el comienzo de los 70s había guerra fria, eran sólo 25 años depués de que casi el 90% del planeta estaba en GUERRA, milenios de agresión institucionalizada, un concepto de honor por sobre el respeto a la persona a sus libertades, Sectores completos de la población marginados(mujeres, razas, homosexuales, minusválidos) libertad de prensa? para los pocos que la leían? peor que ahora, etc,etc.

Si pensamos que en la guerra civil española(sólo 33 años antes) hubo un millón de muertos... entonces que son 3.000 a 5.000 muertos en un periodo de 16 años????
La lógica del miedo como forma de suprimir a los adversarios era casi "benigna" comparada con matarlos a todos. Cómo estaría chilito si hubiesen muerto cientos de miles de personas????

Reconozcamoslo... esa era la lógica de Contreras, de Pinochet, de la CIA, de los servicios secretos de todos los paises "desarrollados", como también lo era la lógica del Bloque soviético y probablemente sigue siendo la lógica de Cuba... hasta hace bien poco.

Ese era el mundo en los 70s.

Y los 30 US$ mill del RIGGS, que sean 100 o 200 millones,... en 16 años? comparados con los 3.000 millones robados en Uganda en 3 años? o los usualmente cientos de millones en todas las dictaduras?... para que hablar de las democracias que favorecen a los grupos de poder que permiten elegir a sus presidentes, tal como ocurre hoy en día? .

Perspectiva, tan escasa y tan difícil de tenerla cuando es a uno al que le duele la guata cada vez que se mencionan los muertos y es TU HIJO o TU HERMANO, tu familiar, tu profe el que mataron y el que ya no está, desde hace tanto tiempo...
Cómo ver lo que perdimos como sociedad al perderlo a ellos, el amor, el arte, la "vida" en todo sentido que nos hubiesen aportado...
darse cuenta lo MENOS que fuimos y somos como sociedad por que los perdimos...

Por suerte el tiempo se acelera y poco a poco, más y más... y de repente podemos "ver" al otro en una dimensión más real, y podemos ponernos en su lugar... pero me temo que para que eso suceda, necesitamos que pase VIDA por cada uno de nosotros....
Y pareciera que los niños de hoy ya traen otra mirada, otra conciencia que REUNE en algo lo que ya ha pasado por el río de la vida.

Igual, agradezco y valoro mucho cuando me encuentro con miradas, como la del Huracán que tienen parte de su raiz en los hechos mismos, que no son los niños del futuro, pero igual intentan desprenderse de ataduras y poner su humanidad a atender, comprender y hacerse parte de areas oscuras, temas que nos dividen, nos duelen y arrastran. Gracias x eso.

Feliz 2007 y felices nuevos ciclos. Bajo la luz de este post deseo que tengamos la empatía y la conciencia suficientes para que esos nuevos giros partan de un punto + elevado y la historia en vez de ser circular, sea + como un espiral ascendente...
 
Soy el anónimo 2 de que habla OI. Cuando hablo de adhesión tácita, no pretendo separar el mundo en buenos y malos. Sólo pido cierta coherencia. Así como estamos de acuerdo en que la democracia se perdió el 73, no por un capricho de un general que realizó un cuartelazo imprevisto. Para nada, todos sabemos que aquello fue una crónica de una muerte anunciada. Todos los actores sabían lo que venía, pero nadie fue capaz de detenerlo. Del mismo modo, pido rigor para analizar lo que viene después. Es fácil escudarse en el contexto, las circunstancias etc. Con eso podemos justificar todo, incluso el desastroso Gobierno de Allende ("ah no, fueron las circunstancias, la presión de la CIA, la derecha, etc."). Sólo sostengo que cuando se pretende cierta "objetividad", al buscar las "cuasas", me temo que lo que se hace es eludir la propia responsabilidad. Recuerdo claramente en los inicios, cuando las pocas voces disidentes planteaban los abusos que se cometían eran descalificados por ser "políticos", "tontos útiles" del marxismo internacional, o curas "rojos". Recuerdo misas, en que algunas personas indignadas se salían cuando algunos curas alzaban la voz reclamando por esos horrores. Entonces, cuando digo que hubo adhesión tácita, sostengo que para que un régimen hiciera lo que hizo, necesariamente suponía una población pasiva, ya sea por el miedo o porque estimaba que eso era el mal menor, frente a una amenaza mayor (amenaza con las que nos siguieron amedrentando hasta marzo del 90, no olvidemos lo que anunciaba). De este modo, preferimos mirar palado, por temor o porque pensabamos que no era para tanto, que pasaría. Cómo se puede pedir por ejemplo, en el año 83 y sisguientes vieramos el "contexto", si ya era otra la circunstancia?. El régimen ya había transcurrido bastante, configurando su propios derroteros como para seguiir justificandose en un pasado literalmente sepultado. La falta de libertad de expresión, la censura, el retraso cultural ¿podían justificarse en un "contexto" histórico, más allá de la necesidad de mantenrse indefinidamente en el poder?. ¿En qué punto el contexto pasa a ser pretexto?.

Cuando valorizo el gesto de Allende, lo hago porque creo que en el último instante, asume su dignidad Presidencial y la lleva hasta las últimas consecuencias. Para eso, creo, se necesitan cojones, que el otro caballero, creo no tuvo. Se escudó en el Ejercito, en la enfermedad, abandonando a sus subalternos. Creo que el coraje que nos enseñaron en los libros de historia, está más cerca de un O´Higgins que abdica frente a sus adversarios y muere en el exilio. Un Portales que enfrenta al pelotón de fusileros. Un Balmaceda que cumpliendo el último día de su mandato constitucional, enfrentado a su fracaso, se inmola, preservando la figura Presidencial. Por eso no me trago eso d ela "perspectiva histórica". allá los historiadores lo que quieran decir en 50, 100 o 200 años más. ello no impide ni me inhabilita para opinar hoy, desde mi propia subjetividad.

No puedo terminar estas reflexiones, sin agradecerte Huracán por tu espacio. Me gusta como escribes, incluso respecto de aquello con lo que no estoy de acuerdo, como el que ha motivado mi intervención.
 
Anónimo 2.
Me pareció muy clarificador tu 2do comment. Sobre todo cuando dices;
"sostengo que cuando se pretende cierta "objetividad", al buscar las "causas", me temo que lo que se hace es eludir la propia responsabilidad", o "¿En qué punto el contexto pasa a ser pretexto?", graficas muy bien una de las formas de utilizar el contexto...

Ahi no se busca entender o ubicar en la historia, sino que intenta buscar adherentes, ligar o desligarse de situaciones, fijar la "historia oficial" usualmente para crear o desacreditar alturas morales,etc, en fin busca instrumentalizar el contexto. Usualmente para apoyar juicios y opiniones.

/////Sabemos que es necesario un tiempo y acciones concretas que permitan que los involucrados corporalmente o sicológicamente expresen sus pérdidas ante tamañas acciones. La expresión social mediatica, legislativa, judicial etc. ayuda a procesos de superación de crisis intensas. Asimismo cada vez es más obvio que adicionalmente se requieren reparaciones económicas que -ojalá- limpien la base material del impacto de pérdida, agresión u omisión en los que la sufren. Y ojo que es relativamente fácil fijar parámetros económicos básicos, que aunque significan mucho dinero, es de justicia mínima (xej. el salario de una persona que hace 20itantos años sus seres queridos dejaron de percibir, traerlo a valor presente).

Todos esos procesos significan un avance... Pero no aluden al contexto. Ayudan al proceso de evolución pero no se completa con ellos.OK; hay responsabilidades y costos personales involucrados aquí y debiesen tener su mecanismo de resolución y reparación. es una parte clave, pero solo una parte.

Por otro lado, los líderes suelen ser expresión de una esencia que se asienta en la sociedad en que se dan. El autoritarismo y el despotismo(suponer que sabes mejor que otros lo que es bueno para la sociedad) de Pinochet, estaba (y esta?) en muchos de los padres de familia, que apoyados x las madres, acaparaban decisiones y control a destajo.
En un país como Chilito que HOY en millones de personas siguen prefiriendo "pagarles los estudios superiores a sus hijos" a dar la oportunidad de crear trabajos para los jovenes part-time dignos de forma que "los jóvenes puedan trabajar y pagar ellos sus estudios" . Todo el sector comercio esta aquí y buena parte de las Pymes, muchos de los que efectivamente votaron por la constitución del 80. ¿Para que hablar de las elite? si el sentir nacional se ve expresado en la película que ya se empieza a entrever cuando pasamos en FFWD las noticias de las últimas décadas.

Entonces.. ¿Comparte la sociedad la responsabilidad de lo que ocurrió?
Es una pregunta compleja y si es que estamos viendo la parte judicial, en mi opinión una buena forma -muy básica- es al menos aplicar las leyes que estaban vigentes al momento de los hechos. Sin embargo existieron siempre leyes tácitas, males menores,etc. que pareciera que nuestro sistema judicial con su sitema de CORTE SUPREMA DISCRECIONAL ha ido contribuyendo a acomodar, tal como la "ética médica" que históricamente ha permitido otras acciones distintas a la "ética pública" que no se atrev(e)ía ni siquiera a entrarle a ciertos temas...

Todo esto es muy discutible y está recién saliendo a la luz como tal. De hecho aplicar tabula rasa y obviar la responsabilidad social tiene resultados MUY CUESTIONABLES. Xej. ¿Es lícito encarcelar a los millones de negros en los EEUU cuando su violencia y crímenes es fruto de generaciones de discriminación y falta de educación, oportunidades,etc?


Ver el contexto implica ver el MOVIMIENTO que ocurre en los largos plazos. Implica ver tendencias cambiantes. Como por ejemplo que ahora la gente mayor (medido x la expectativa de vida) pasó desde los 50 años a cerca de los 80 hoy y pronto se acercará a los 90 años...
No es tan obvio que esta nueva perspectiva debiera estar desprovista de juicios personales y ES DISTINTA de los procesos de reparación mencionados. Las conclusiones, aprendizajes y juicios que podamos extraer servirán para que el bagaje con que enfrentemos las futuras coyunturas sea más completo y mejor y entonces frente al nuevo punto crucial... decidamos si nos repitamos el plato o si ya estuvo bueno/ó malo e intentemos otro camino.

Si, en cambio, usamos tal aprendizaje y nueva visión para "condenar el pasado", caemos en el juego de las culpas.

En mi opinión, nuestra capacidad de juicio sirve propiamente para llevarla AL FUTURO, al punto en que debemos decidir nuevamente. Es injusto aplicar nuestra nueva conciencia a lo que ocurrió antes de haberla tenido. Vemos que muchas veces nos deshacemos en un mar de culpas sin salida o nos situamos en el polo opuesto: nos cerramos ante el tema y negamos toda revisión de los hechos. En ambos casos estamos reaccionando AL PASADO(al convertirnos en un bloque de piedra) o llevando nuestra capacidad de juicio AL PASADO y "siendo todos generales después de la guerra".
Podemos evaluar el pasado para aprender... cuidado con juzgarlo para asignar culpas, condenar y tratar de reordenar las piezas a nuestro presente arbitrio. Sobre todo que al hacerlo se suele aprovechar las leyes que estan vigentes, las armas en manos de los triunfadores,etc. Cuesta reconocer que no podemos enmendar el pasado y que es parte de nuestra historia, significa aceptar un dolor. Y definitivamente no es lo mismo que utilizar tal dolor para apoyar movientos de poder, causas políticas,etc.

/////Alguno responderá; "la letra con sangre entra" o hablará de condenas ejemplificadoras,etc.. Y aunque tiene algo de cierto, es a nivel muy básico y tiene el problema que suele CREAR NUEVOS TRAUMAS que depués se resuelven creando una nueva situación a la par. LA VIOLENCIA ENGENDRA VIOLENCIA.

Y me parece muy válida esta conversación... y muy necesaria, tal como a mi personalmente me ha ayudado mucho captar como funciona el "juego de las culpas" y tratar de entender por qué un Loco para sus tiempos, hace ya 2000 años, nos dijo que juzgar al otro podía ser equivocado...
 
insisto, cual fue la dignidad y altura de Allende al suicidarse? y me refiere al acto mismo
 
Simple, se inmola por su causa sin parapetarse en el sacrificio de sus seguidores. Paga con su propia vida el costo del fracaso de su proyecto. Mantiene incólume la figura Presidencial
 
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