Historias de un Huracan sin rumbo
Sunday, May 13, 2007
  Santiago Triste
Image Hosted by ImageShack.us
Me encontré en Providencia con Manuel Montt a las seis y media de la tarde después de una reunión para ver asuntos de impuestos. Ya estaba oscuro, no había un taxi a la vista y por más que llamé por celular para que me vinieran a buscar, no hubo respuesta. Decidí tomar el metro hasta la estación Escuela Militar y dejé un mensaje con la esperanza de que me recogieran allá.
Bajé al metro y me encontré con un mundo desconocido. Largas colas para pasar por los torniquetes de entrada, y colas aún más largas para comprar la famosa tarjeta Bip! que se necesita para poder entrar al metro, y que también sirve para las micros.
La escena me pareció tan ajena a lo que siempre conocí como el Metro de Santiago, que era limpio, ordenado, fluido. Unos personajes con unos uniformes amarillos dando órdenes a la multitud que pacientemente avanzaba por las diversas colas, especialmente la enorme cola que conducía al andén de la dirección poniente. El andén de los que van para “abajo”, trabajadores que regresan a sus barrios después de un día de trabajo en Providencia. Gente triste, inexpresivos en sus rostros, apocados en su movimientos, funerarios en su vestir. Todos de negro o gris oscuro, excepto algunos más díscolos vestidos de color café oscuro.
El andén de subida, hacia la Escuela Militar no estaba tan lleno, pero cuando pasó el tren estaba repleto. Me forcé a entrar al tren y logré encontrar un rincón donde acomodarme con mi desproporcionado y poco práctico maletín. Me puse a observar a la gente del tren, una fauna que no había conocido en los tiempos en que alguna vez viajaba rutinariamente en el metro. Gente con caras duras, aspecto de pobladores marginales, vestidos invariablemente de colores oscuros, expresiones tristes o enojadas.
La mayoría se bajó en la estación Tobalaba, para conectar con la linea 4 que los llevaría hacia Peñalolén, Lo Hermida y otros barrios pobres del sur-oriente de Santiago.
Unas pocas estaciones más y llegue a la Escuela Militar, donde salí a la superficie y descubrí que recién salían a buscarme. Ya basta, pensé, me tomo un taxi.
Ahí me encontré con el Transantiago en todo su esplendor.
El intento de tomar un taxi se encontró con una nueva cola, bueno, no una, varias colas en distintos lados de gente que pacientemente esperaba la aparición de taxis en los paraderos. Con suerte aparecía uno esporádicamente. Frustrado me fui a parar frente a un deteriorado supermercado Unimarc a esperar que me pasaran a buscar, parado ahí en las penumbras de una plaza mal iluminada, con un aire contaminado como no lo veía hace años, y rodeado de más gente parada sin hacer nada, esperando, vestida en colores oscuros. Si fuera propenso a la depresión, creo que me habría puesto a llorar para que me den Prozac.
Recuerdo que hace unos años fui a una presentación en que me explicaron los planes del Transantiago. Se iba a reformar todo el sistema de transporte de la ciudad con objetivos muy lógicos. Se quería mejorar el sistema en calidad, comodidad y velocidad para que alguna de la gente que anda en auto empezara a usar el transporte público. Serían buses nuevos, limpios, de tecnología poco contaminante y con choferes amables. Operarían como empresas en vez del caótico sistema de autobuseros individuales que tenía la ciudad, habría un sistema de pago moderno, con tarjetas de acercamiento y se podría hacer trasbordos a una tarifa especial. El resultado sería una ciudad más amable, mas limpia, menos contaminada y con menos congestión. Y por lo que vi por ahí, el sistema original que se planteó cumplía con estos requisitos, pero requería unas tarifas un poco más altas. Iba a ser de gran calidad eso si, y no me pareció malo el objetivo de atraer a los automovilistas al transporte público.
¡Que tristeza ver el estado actual del transporte metropolitano de Santiago! De ser desordenado, peligroso, informal, pero efectivo para llegar de A a B, se convirtió en un caos total en que buses mas nuevos y muchos de los antiguos pintados con colores nuevos se mueven de un lado para otro con la gente esperando en piños, como animales desorientados en los terminales del metro, tratando de volver a sus casas usando un sistema que no funciona. La gente se ve demasiado cansada para protestar, pero amargada.
¿Qué pasó? ¿Dónde quedó el Chile ganador que innovaba y mostraba el camino para los demás países latinoamericanos? No sé con certeza, pero me da la impresión que el Chile ganador está desapareciendo en manos de los políticos. Hoy todo son decisiones “políticas”, es decir de esas en que lo que importa es cual es el efecto inmediato que va a tener en la opinión pública, en la encuesta de popularidad o en la elección más inmediata. Sin que importe el bien común de verdad, la dirección en la que va el país en el largo plazo. Decisiones en que se distorsionó el diseño de un plan de transporte bien concebido para dar tarifas “populares” sin asumir un subsidio necesario, y también para mantener contentos a los microbuseros amarillos al permitir que llamaran empresa a una mala asociación gremial, y que se llevaran grandes recorridos licitados. Al enfocarse en construir infraestructura de metro, de esa que impresiona y permite hacer inauguraciones y cortes de cintas, en vez de construir la infraestructura de paraderos, áreas de trasbordo, vías exclusivas y sistemas informáticos para que el sistema funcionara. Claro, no es lo mismo tener a un presidente de la república inaugurando un paradero de micro que una línea de metro.
Y después, no teniendo claro si el sistema iba a funcionar, se lanzó igual por un cálculo “político”, errado en este caso, que indicaba que sería peor percibido que se volviera a postergar el lanzamiento que lanzarlo aunque no funcionara perfectamente. Lo que hace pensar en una enorme incompetencia al no haber probado el sistema o haber verificado que funcionaría razonablemente bien. Pero aún, hicieron una marcha blanca en el vrano y no fueron capaces de echar pie atrás, seguro por otro cálculo político. Porque todo esto se ha ido haciendo con sucesivas motivaciones políticas. Inicialmente el sistema iba a entrar en funciones antes de las elecciones presidenciales de 2005, pero no había ninguna posibilidad real de que eso fuera así, por lo que inventaron un sistema mixto, en que era el mismo sistema antiguo, pero le dieron rutas a los dueños de los nuevos buses que operarían el Transantiago. Para que se vieran buses modernos, articulados, con pantallas electrónicas, circulando por Santiago. Un barniz de modernidad, totalmente falso.
Y los chilenos seguimos eligiendo a esta gente para que nos gobierne. Las incompetencias están a la orden del día, y me da pena. Vuelvo pensar que hay algunos que se han acomodado mucho en el poder, y perdieron el norte. Lo dije para la elección presidencial, con preocupación. Lo vuelvo a decir hoy, con pena y miedo por lo que le pueda pasar a nuestro país.
 
Comments:
Muy acertada la reflexión sobre las decisiones políticas de corto plazo... por ahí dicen que habría que subir la tarifa a $590 pesos incluso...

Lo malo es que ya se le dió una señal a la gente, de que si se suben las tarifas tendrían derecho a reclamar.
 
Qué curioso. A mí la gente del metro no se me hace tan hostil, sino más bien temerosa, escondiendo su vulnerabilidad detrás de una careta, y siento, no sé por qué, que podría fácilmente llegar a esas personas y lograr su buena voluntad si les pidiera algo. No sé, quizá es por todo el tiempo en que yo estuve encerrado, que sé que en el fondo hay buena voluntad, o al menos es lo que prefiero creer. También puede ser porque casi no viajo en las horas punta

Ahora, con respecto al vestuario y la vitalidad, pues sí estoy de acuerdo: en general nos vestimos muy opaco, me incluyo. Creo que esa es otra de las razones por las que me gusta tanto la blogsfera.

Qué bien volver a tener un post suyo, don Huracán.

Saludos
 
vaya...
No me esperaba esto.

Me parece de una falta de sensibilidad ABC1 que no me esperaba de ti/Ud Sr Huracan.

La gente que ahora ves en el metro son los mismos miles y millones que son el verdadero Chile, son mayoria lejos y claro, seguro que nunca viajaste a las 5:30 o a las 6:30 en Vicuña Mackenna o La florida o Vespucio o Zapadores, antes del Transantiago...
Muchas personas esperando buses, para irse a un trabajo que re100 hace 2 años paso de escandaloso a meramente abusivo en sus horarios.
esa gente ahora la ves en el metro. Y no no es cula del gobierno; es una deuda historica.

Hablas de 'tarifas “populares”, para mantener contentos a los microbuseros amarillos'.
No no es para los microbuseros, es para la enorme cantidad de gente que gana entre el sueldo mìnimo y 250 lucas al mes para alimentar, vestir, educar, transladar,etc a toda una familia. Calcula el sueldo anual en US$.

Espero que el numero de buses que en realidad hace falta llegue pronto. Espero que las esperas de 10 min(veanlo x uds mismos) en el metro se solucionen con mas trenes, espero que los recorridos incompletos, los transbordos inadecuados,etc se corrijan.
Y sospecho que la insolita falta de GPS a 3 meses de prometido muestre la real magnitud de la mezquindad empresarial con los recorridos, aqui los incentivos son solo a abaratar costos... Es practicamente la unica iniciativa empresarial que el sistema requiere...

Pero todo eso no corregira el error bàsico que es la mantencion en pobreza de enormes sectores sociales, que aun no han sido valorados en su capacidad de generar riqueza, se les teme, se les paga poco se les da poca libertad. Esos son los grises y opacos seres que ahora ves con caras tristes y que no poco tiempo atras podrias haber visto muchas veces felices y descubrir harta chispa de bondad en ellos. Esos son los que votaron por Bachelet y que la prefirieron a la "elegante" e "informada" alternativa femenina DC.
Ese es un Chile que muchos siguen sin querer ver. No es culpa de un gobierno que no puede auin sacudirse el pasado y que ya no tiene x si solo el poder para hacerlo.
Afirmo que: La corrupcion o incapacidad del gobierno es del tamaño del cerro Santa Lucia comparado con la Cordillera del abuso empresarial y de las generaciones conservadoras...

No, no lo esperaba de ti/UD Huracan, no en vista de las grandes cualidades que humildemente me parece haber visto aqui y de los varios mundos a que pertenece/s...

Ojala yo estuviese equivocado en todo este comment
Oispace
 
Estimado Oispace, el Transantiago no se hizo para solucionar el problema de la pobreza, se hizo para reducir la contaminación, la congestión y los riesgos que generaba el sistema antiguo. Se hizo para mejorar la calidad de vida de la gente, pero la incompetencia en su diseño e implementación hizo que en casi todo el efecto fuera lo contrario: más incomodidad, más contaminación, peor calidad de vida para todos. Cuando el gobierno hace algo mal tenemos que decirlo, y exigirle que lo corrija, no buscar como echarle las culpa a los empresarios y justificarlo con la "deuda histórica". Esa es una reacción ideologizada. Si los contratos con los empresarios están mal hechos es culpa del gobierno que los hizo. Si los empresarios en el Transantiago son malos, no nos olvidemos que la selección de empresarios la hizo el gobierno, metiendo a empresas improvisadas y otras incompetentes, sin tener previsto que hacer en escenarios en que éstas no cumplen. Hubo más preocupación de asegurarse que la "empresa" de Navarrete quedara dentro que de seleccionar empresas competentes.
Sobre mi insensibilidad, no es tal, por el contrario, sólo reflejo la realidad porque soy capaz de sentirla. Los chilenos somos grises y tristes. Les tenemos miedo a los colores y a la risa, excepto que estemos curados. Y no tiene nada que ver con la pobreza, porque he estado en lugares de pobreza mucho peor que la nuestra y la gente no es ni gris ni triste, por el contrario. Es genético y cultural, no culpo a nadie, sólo lo registro.
Y sobre las soluciones a la pobreza, lamento ver que en 17 años la actual coalición de gobierno no han demostrado mucha competencia en darle soluciones reales al tema aparte del mismo chorreo que planteaba Pinochet. Basta ver el patético estado de la educación de los pobres para darse cuenta que poco les importa lo que pase en el largo plazo con la pobreza, o que simplemente no entienden nada. Porque la única manera de solucionarla es que las oportunidades se nivelen para todos, y el nivelador fundamental es que todos tengan acceso a una educación de calidad. No hay caso, en ese frente vamos para atrás, porque es más importante mantener contento al colegio de profesores y a todos los empresarios dueños de colegios subvencionados.
 
El Chile gris y triste esta en los barrios populares, lo que vio don Huracán son habitantes de esos grises barrios en su sector, un sector lleno de colores y lindas formas, de vendedoras que atienden bien y que hablan bonito, de cajitas felices y gift cards.
Mientras tanto que los chilenos que pertenecen a esos barrios tristes y grises ven calles desiertas, sin verde y van a supermercados donde son mal atendidos porque no tienen el aspecto de chilenos de colores y lindas formas.
Esos chilenos tristes y serios, tienen muchos mas valores que los chilenos en colores, son mas solidarios, son mejores amigos, no te juzgan por tu aspecto, las madres grises de barrios populares son mejores madres, viven junto a sus hijos y se desviven por ellos, le dan mas cariño y estan cuando los hijos las necesitan. No se si las madres de colores y lindas formas son asi, estan mas preocupadas de otras cosas.
Me carga que se mire el lado gris y fome de los chilenos y que se valore tan poco el lado bueno. Por lo menos don Huracán me doy cuenta que usted sigue siendo un colorido chileno.
Vivo en Provi, tengo una mediana empresa, pero mi gran capital son los esforzados grises trabajores que trabajan junto a mi, no para mi.
 
Julio, no estoy de acuerdo con que el barrio alto sea colorido, los ricos en Chile son igual de grises, solo que mas ricos (anda a mirar los colores de la ropa en las tiendas). Es un comentario que surge de vivir afuera, no siento que el barrio alto sea mi sector, hace tiempo que no vivo en Santiago. Cuando tomas el metro de Nueva York en el Bronx o en Queens (hablemos de calles grises), el de Sao Paulo en Largo do Sao Bento, el de Caracas en Sabana Grande (hablemos de vivir en condiciones miserables), la gente que ves es pobre, pero no es gris. Ni siquiera en las micros de Lima, Bogotá o en el metro de México. No es una crítica a los chilenos, ni lo digo en forma despectiva. Es como es. Y hago la observación que el gris de la gente, sumado a la frustración de un mal servicio de transportes, y el aire mas gris que nunca por la contaminación arman un panorama que es deprimente.
El que note que la gente sea gris y esté de mal humor o triste por el mal servicio de transporte no significa que cuestione sus valores, ni que los culpe por su pobreza. Madres buenas hay en todas partes, y no me gustaría caer en la discusión de si las madres pobres son buenas y las ricas no tanto.
Vuelvo a la escencia de mi post: lo del Transantiago se hizo mal, MUY mal.
 
Creo que Transantiago había que implementarlo lenta y progresivamente, primero el pago vía tarjeta y luego algunos recorridos. así en unos 6 meses tener un sistema completamente moderno como es transantiago. Quien pensaba hace algunos años atrás que los chilenos podian pagar la micro con tarjetas electrónicas o que las carreras por pasajero se acabarían o que aquellas destartaladas micros llenas de adornos se acabarían. Bueno, la idea es buena pero como se implementa es mala.
Yo me pregunto que pasa con Sonda, aquella empresa modelo, que basa con los bancos y casa comerciales que están detrás de la AFT, no les preocupa la imagen que ahora proyectan??.
Por ultimo, si esto no se soluciona luego, creo que inevitablemente tendremos un gobierno de la derecha, repito; inevitablemente.
 
Estimado Huracán, tu post no podría haber sido más contingente. Lamentablemente el Transantiago resume las razones por la cuales, pese a su supuesto éxito económico, Chile está lejos de ser un país desarrollado: improvisación, temor a impulsar medidas difíciles o impopulares, falta de mirada de largo plazo, afán de quedar bien con todos, en fin, la política del mínimo esfuerzo y el menor costo.
Estoy seguro que los santiaguinos habrían aceptado pagar por un transporte más caro, pero efectivamente de mejor calidad. Pero nadie estuvo dispuesto a correr el riesgo. (Paradójicamente pienso que Michelle Bachelet tenía el carisma y la llegada para transmitir un mensaje de ese tipo y lograr el apoyo de la gente)
Y hoy de nuevo se habla de estatizar, como si ésa fuera la gran solución, pero nadie dice o pregunta ¿cómo se haría eso? ¿qué costos tendría? ¿qué modelo de gestión se implementaría? Y los más importante ¿cuenta el gobierno con un equipo humano con la experiencia necesaria para coordinar una red de transportes para una ciudad de casi 6 millones de habitantes?
Quizá efectivamente ésa sea la solución, y si es así yo la apoyaría, pero primero exijo que me den ARGUMENTOS que lo sustenten, y que por supuesto se deje en claro que una medida de ese tipo jamás podría implementarse en breve plazo.
Pero en este país a la gente que se da el trabajo de explicar las cosas, rara vez se la escucha, prefieren quedarse con la frase vendedora, que mueve masas y pega bien para la tele.
En toco caso, hay que reconocerle un mérito al Transantiago, está logrando que el santiaguino (porque no hay que olvidarse que también existen las regiones) esté saliendo de su apatía habitual.
 
En algunas ciudades de Europa (Londres, Madrid, París) el transporte publico es administrado por el estado, lo cual se puede hacer en nuestro Santiago, pero esta idea le da urticaria a algunos. Si en su época en Santiago la locomoción era del estado y ademas hasta los escolares tenían buses solo para ellos (créanlo, así era)me pregunto porque no volver a pasar a manos del estado, crear un sistema que se autofinancie, tenemos excelentes experiencias por el Metro hasta hace poco (ahora mitad del estado, mitad privada) No teman a que el estado administre el sistema de transporte no habrá una hecatombe como muchos pronostican.
Los mayores recordaran que cuando llego la "administración" Pinochet el estado dejo que administrar las micros y luego le dio paso aquellas mafias que se tomaron las calles con sus carreras locas y pésimo servicio.
 
La pregunta es si una empresa de transporte urbano del Estado será como un Metro o como un Ferrocarriles del Estado...
Hasta donde yo recuerdo, la Empresa de Transportes Colectivos del Estado era un hoyo negro que no se destacaba por dar un buen servicio. Y si había buses para los escolares, me los perdí, porque me tocaron los "Pegasos" y los "Mitsubishis" de la ETCdelE cuando era escolar, pero repletos de gente y para nada exclusivos para escolares. Si los hubo en el país utópico que recuerda Carlos, fue antes de mi existencia, y eso sería hace mucho, pero muuucho tiempo (y no me jodan con lo de la edad...).
Si el transporte va a quedar en manos del Estado, por favor que no pongan a los genios que diseñaron el Transantiago a manejar la empresa.
IguaL, para efectos prácticos, todas las decisiones relevantes en el Transantiago las toma el Estado. Por diseño, los privados se limitan a operar y percibir un pago que mas se parece a un arriendo que a otra cosa. Los "empresarios" sólo consiguieron el capital porque el Estado les puso una cuasi garantía con el contrato de prácticamente pago fijo que les dió el Estado, limitando mucho lo que arriesgaban. Que se sincere la estatización no sería malo, siempre que haya gestión profesional y un directorio independiente. Para que no se convierta en otra fuente de empleos cuoteos. Y si hay que dar subsidios, mejor se los dan directo a la gente que realmente los necesita, en vez de dárselos a la empresa.
Bueno voy a tener que postear algo más livianito para que no se caldeen los ánimos, me gusta que esto se vuelva interactivo, pero no nos agarremos a palos, somos todos amigos aqui.
 
Pucha don huracan!

ibamos tan bien

Al post lo unico que le sobra es el final panfletero, ya que concuerdo contigo la principal causa de todo el problema son los "calculos políticos"
el tema es que no creo que el otro lado sea inmune a esa enfermedad, es más se comportan igualito.

Slds
 
So you came nabck to the writing.. nice !, be good man ...
 
Y el tema de mucho de esto sigue siendo que re100 nos estamos conociendo ¡¡¡

La sorpresa de ver a cientos de miles de chilenos que AHORA andan en metro.

Distancias...

Parece que necesitamos URGENTE un nuevo tratado. Un TLC con una gran parte de Chile que quedó fuera.

Gracias x la comunicación franca Huracán, concuerdo con muchos de los puntos que expones.
En realidad concuerdo con mucho de lo que los que comentan aqui dicen.
:)

Oispeace
 
Creo que ya no hay vuelta a tras, el sistema de locomoción actual es el peor sistema que se ha visto en Chile, va en contra de de todas las clases sociales, Se lanzo por decisiones políticas y no sociales, y por fuertes intereses económicos de políticos que han ganados sus buenos millones con este sistema. Desgraciadamente el sistema se corrompió. Jamas se hizo estudios sociales y ver las reales necesidades de las personas...
Tener que hacer largas filas en las mañanas y en las tardes para lograr salir y llegar de casa y duplicar el tiempo de traslado, poner a 7 personas en un metro cuadrado (estadísticas del metro) es un atropello a la dignidad de la ciudadanía.

saludos
 
Huracán, admiro como escribes, admiro tus agudas observaciones de la realidad, admiro como haz ido asumiendo tu condición. Sin embargo, cuando te metes en temas políticos, eres tan, pero tan predecible, que repites la moncerga derechista de los ochenta. Creo que en eso no te has agiornado lo suficiente. lo único que falta en tu comentario, es que "ya lo habías anunciado el año 88, con los upelientos que venian". Uno espera de un tipo cosmopolita y abierto al mundo, un análisis más liberal, mas moderno, propio del Siglo XXI, no tan ideologizado, como el que expresas. No veo nada diferente en tu visión, que cualquiera que formule un señor conservador del barrio alto subiéndose circunstancialmente al metro despues del 10 de febrero. No veo al señor de mundo que viene de NY.

En cuanto al fondo de tu análisis, precisamente creo que aquí faltó politica y hubo exceso de técnicos, que se empeñaron en un modelo, elaborado sobre una base teorica y abstracta, sin conocer la realidad. De estos experimentos, estamos llenos. En cuanto a la visión de los chilenos, no creo que se hayan vuelto grises en febrero. Coincido contigo que es un rasgo nacional. Pero esa pasividad, creo que es el fruto de los 17 años de quien todos sabemos y de los actuales, que han generado una cultura individualista y pasiva y adaptable. Una población que se resigna a todo (de hecho estuvimnos 17 años resignados), que no es capáz de exigir mayor calidad a sus empleadores, a sus autoridades, a sus empresarios. Sigue escribiendo de todo, menos de politica interna, porque tus argumentos me recuerdan lo peor de los 80.
 
Estimado Huracán, te adjunto una carta publicada en El Mercurio de hoy, con un punto d evista más novedoso y edificante, que todos los lugares comunes escuchados hasta ahora.

La vida en un Metro hacinado


Señor Director:

El problema del Transantiago ha sido un golpe al orgullo de quienes hasta el año pasado usábamos sólo el Metro. Nos sentíamos privilegiados de viajar en vagones limpios, cómodos, aireados, sin mendigos ni cantores. Mirábamos con pena a los que viajaban en micro. Ahora todo ha cambiado. En las horas de aglomeración, entrar al tren o salir de él es una proeza. Los que logran completar el viaje lo hacen con un aspecto victorioso, como quien ha sobrevivido a un cataclismo.

La convivencia de los pasajeros en andenes y vagones ha sido diferente de lo esperable. Un cientista social habría predicho agresividad, violencia, suciedad. Nada de eso ha pasado. La "cultura de Metro" ha sobrevivido a la aglomeración. Los pasajeros nos miramos como compañeros de desgracia, con la callada solidaridad de los prisioneros que viajaban hacinados en un carromato, camino al cadalso, durante la Revolución Francesa.

Para explicarlo se puede plantear la hipótesis de que la violencia necesita espacio entre las personas. A unos pasos de distancia pueden mirarse agresivamente, hacer gestos, intercambiar insultos. Cuando los pasajeros están aglomerados, viendo sólo pelo, nucas, hombros, los que quedan frente a frente, con los ojos a 15 centímetros de distancia, sienten pudor de establecer contacto visual, miran a cualquier parte, al vacío. De acuerdo a esta hipótesis, la falta de espacio disminuye la agresividad.

Tampoco ha habido violencia contra los trenes, que no han sido rayados ni dañados y que se ven sorprendentemente limpios cuando la multitud los abandona. Quizás hay gente que bota papeles, pero sospecho que la aglomeración impide que lleguen al suelo, y se quedan en los peinados, bolsas y mochilas de los otros pasajeros.

El hacinamiento provoca nuevas formas de interacción. Hace unos días quedé casi adherido a dos mujeres que conversaban. Estábamos clavados en medio del vagón, en torno a un poste para sujetarse, como los tres lados de un triángulo. Ellas conversaban de los problemas que tenían con sus parejas; yo miraba al aire temiendo que, como ellas sabían que yo había escuchado todo, me pidieran opinión o consejo. No lo hicieron, quizás pensando que alguien que demostraba tan poco interés no merecía ser consultado.

JULIÁN RODRÍGUEZ CANO

(Cartas al Director, Diario El Mercurio 23.05.07)
 
Post a Comment



<< Home

My Photo
Name:
Location: New York, United States
ARCHIVES
December 2005 / January 2006 / February 2006 / March 2006 / April 2006 / May 2006 / June 2006 / July 2006 / August 2006 / September 2006 / October 2006 / November 2006 / December 2006 / January 2007 / February 2007 / March 2007 / May 2007 / June 2007 / July 2007 / August 2007 / September 2007 / January 2008 / February 2008 / March 2008 / April 2008 / May 2008 / September 2008 / October 2008 / November 2008 / January 2009 / September 2009 / April 2016 /


Powered by Blogger