Volando con las estrellas
Volar de Ciudad de México a Nueva York no es mi viaje favorito. No me gusta volar de día, se pierde el tiempo y al final uno llega igual de molido y cansado que si hubiera volado toda una noche durmiendo en el avión. Más todavía si uno se tiene que levantar a las 5AM para llegar a un vuelo que despega a las 7:35 AM, yclaro me levanté a las 5 AM hora de Nueva York, la que marcaba mi reloj, porque me olvide de atrasarlo una hora para ponerlo a la hora de Ciudad de México.
No me di cuenta que me había levantado una hora antes hasta que llegué a la puerta donde se supone que salía mi avión, había gente embarcando a un vuelo de Taca que iba a Costa Rica. Ahí me dí cuenta que eran las 5:30 AM y no las 6:30, y entendí por qué me había costado tanto levantarme. Me hizo falta la horita de sueño. Me instalé a observar la fauna del aeropuerto desde un cafecito que había al lado de la puerta, mientras me comía unos huevos a la mexicana. Y a leer y contestar mensajes desde mi laptop.
Cuando por fin llamaron a abordar mi vuelo esperé hasta el final, y me acerqué al mesón donde la aerolínea tenía un par de chiquillas gorditas, con las manos forradas en guantes de latex, revisando el equipaje de mano. Mientras me revisaban la maleta, de repente se produjo un revuelo entre las niñas, que empezaron a cuchichear, hasta que una de ellas se acercó a la que manoseaba mi maleta y le dijo, toda chinchosa, “¡Gael!”. No entendí que pasaba hasta que vi aparecer un tipo flaco y bajito, con anteojos y una gorra roja con blanco de esas horribles que usan los carpinteros en Estados Unidos. Mirándolo de cerca era igualito a Gael García Bernal, excepto que mucho mas bajo y flaquito que lo que uno se imagina que era el Che Guevara. Y por el trato que todo el mundo le daba, evidentemente era Gael. De cara tan guapo como en las películas, pero definitivamente ne la categoría de flaquito. Simpático y amable con la gente, quedó sentado dos asientos más adelante que yo, él en la primera fila de la clase ejecutiva, acompañado de un tipo con una pinta de atorrante.
Reconozco que el gringo de barbita de dos días que iba al otro lado del pasillo, frente a Gael, me atrajo más la mirada durante el viaje que Gael, y agrego a Gael a las celebridades que en persona no tienen la imagen que proyectan en la pantalla. Guapo, y para mi gusto muy buen actor, pero no llamaría mucho la atención caminando por la calle.
Ahora mismo estoy en el avión, aprovechando el tiempo ocioso para escribir este post, que va a ser corto, porque el avión ya está acercándose a JFK y me van a hacer apagar el laptop.