Historias de un Huracan sin rumbo
Tuesday, September 11, 2007
  Chicos Malos
Eduardo llegó temprano a su departamento. Antes de las 7, lo que es raro para él que es un trabajólico neoyorquino típico. Pero hoy estaba inquieto, caliente, hubiera dicho él si le preguntan. Veía pasar al jovencito portorriqueño ayudante de la secretaria y se imaginaba como sería su cuerpo debajo de la camisa blanca y la corbata. Y con estos baños americanos abiertos, no había donde encerrarse para aliviar la tensión aunque fuera “a mano”. Por lo que optó por irse a la casa y resolver el tema.

Apenas llego al departamento decidió ver si tenía algún e-mail antes de dedicarse a aliviar su tensión sexual. Después iría a un bar o a dar una vuelta por el baño de vapor del gimnasio. Más probablemente lo segundo, donde seguro habría algún interesado en un dúo de pajas. Es cerca, efectivo y sin rollos, además bastante más saludable que encerrarse en un bar a tomar alcohol. Por lo menos ahora no fuman adentro e los bares.

Estaba terminando de leer sus e-mails cuando recordó el comentario que le había hecho su amigo John el sábado anterior acerca de buscar sexo en Internet. “Es como pedir que te traigan comida, buscas en el menú y al rato enganchas uno, que te llega a la puerta del departamento, te lo comes, y se va sin más rollo”. Y le comentó que lo mejor era buscar en Craigslist. Eduardo ni sabía lo que era Craigslist, sólo que era un sitio web de avisos, en el que se podía comprar y vender prácticamente de todo. Decidió investiar el asunto, y metió “craigslist” en Google. En cinco segundos se encontró en el sitio de Craigslist. Un sitio web bien básico, sin gráfica, simplemente lo que dice su nombre, una lista. Escogió la ciudad, New York, y el borough de Manhattan. Buscó en las categorías, y encontró una que decía “Men seeking men”. Entró ahí y apareció una lista larguísima de títulos de avisos. Todo tipo de avisos proponiendo sexo, algunos muy especificos, y algunos con la palabra “pic” en azul al costado. Rápidamente Eduardo aprendió que los avisos que tenían esa palabrita traían una foto que aparecía al abrir el aviso para ver los detalles.

Eduardo, que no es ningún cartuchón, se sintió un poco agredido por lo directo de algunos de esos avisos, y por lo explícitas de algunas de las fotos. Pero al mismo tiempo lo asaltó una excitación que no sentía desde hace años, cuando recién empezó a explorar el mundo gay. No pudo evitar una erección que le sobrevino después de ver algunos avisos, principalmente de jóvenes entre 20 y 30 años, algunos particularmente atractivos. La mayoría buscando sexo sin ataduras, y ahora mismo. Decidíó probar esto y seleccionó algunos para responder. Respondió a tres de ellos, a ver si alguno resultaba en algo. Solo uno respondió, uno que decía lo siguiente:

Young smooth cute bottom seeks a Hosting Total Top - 25 (Midtown)


Staying in midtown tonight and can't host but willing to travel anywhere in manhattan to meet up with the right Top Man. Hoping to find a take charge masculine man who needs a boy to discreetly service his cock and than pound my tight bubble. Slim eager and horny to get it. 25 5ft 9 & 152pounds 7c.

Aggressive Hung Top Men++++
Must be hiv negative
.

El aviso estaba acompañado por una mala foto de un torso delgado, que daba la sensación de uno de esos muchachos medio afeminados sin desarrollo muscular, muy fin con el estereotipo del pasivo sumiso que decía ser.

Brian Hogan contestó rápido desde su cuenta de mail con ese nombre en Yahoo, preguntando si Eduardo era realmente un “take charge top”, a lo que Eduardo le contestó que por supuesto. Después de 4 o cinco mails, Eduardo le dio su celular para que lo llamara para ponerse de acuerdo. Pasaron 10 minutos y Brian no llamaba, y cuando Eduardo iba a reiniciar la búsqueda, sonó el celular. Al otro lado del teléfono sonó una voz que sólo se podría describir como “sumisa”. Extremadamente respetuosa, baja, un joven educado, tranquilo, casi asustado. Dijo que le gustaría mucho ir al departamento de Eduardo, y que podría estar allí en media hora. Quedaron en eso.

Eduardo preparó el escenario. No sería la primera vez que traía un desconocido a su departamento, y dejo condones y lubricante a mano, una toalla limpia al lado de la cama, luces bajas. No llegaba a poner velitas aromáticas porque le parecía muy marica, y tampoco ponía música, más que nada porque era malo para seleccionar los temas correctos. No como aguno de sus fuck buddies que siempre tenían musica de fondo de la que inspira o hasta le da ritmo al sexo.

Pasaron 15 minutos y sonó el celular de nuevo. Brian. Que ya iba saliendo pero que tenía una pregunta. Resulta que había otro tipo que lo había contactado en Craigslist, y que a él le parecía muy “hot”, 1,85, musculoso, también top. Pero que no tenía lugar y había sugerido que hicieran un trío. ¿Hot, 185, musculoso? De repente podría ser interesante, pensó Eduardo. Tampoco era novato en esto de los tríos, ya lo habia hecho un par de veces antes. Y había aprendido que solo funcionan si los tres son mas o menos igualmente atractivos, de otra forma se convierte en un dúo con un mirón. “Dile queme mande un mail” le dijo Eduardo a Brian. “OK”dijo Brian, “hablamos en unos minutos”. En menos de un minuto llegó un mail de un tal “drholmes” que se describía como “6´2”, muscular, hung top”. Eduardo le dijo que mandara un foto. Al minuto llega una foto de un torso de un hombre negro, musculoso, si, pero por alguna razón no le pareció tan atractivo. Le contestó al dr Colmes que lo encontraba guapísimo, pero que prefería no compartir a Brian en esta oportunidad. Al minuto llamó Brian de nuevo para saber que harían. Eduardo puso su voz más autoritaria y le dijo”Vente de una vez, te quiero a ti solo”. Brian, fiel a su rol sumiso, no chistó y aseguró llegar en 15 minutos.

A los 15 minutos exactos llamó el portero a avisar que un tal Brian estaba en la recepción. “Déjalo subir” le contestó Eduardo, y muy pronto sonó el timbre de la puerta. Abríó para ver al flaquito afeminado que esperaba, y casi se cae sentado cuando apareció un muchacho guapísimo, de pelo castaño claro ondulado, ojos café oscuro y un cuerpo de atleta enfundado en un horrible polerón y un pantalón de buzo. Lo hizo pasar, pensando que bueno, esto era un error, que el tipo lo iba a ver cuarentón y se iba a dar media vuelta y desaparecer. Pero no. Por el contrario, entró al departamento e inmediatamente se puso de rodillas, abrió el cierre de los jeans de Eduardo y se puso a demostrar sus habilidades orales. Y no precisamente discurseando. Eduardo le puso las manos en el pelo suave y ondulado mientras le sobrevenía una erección gigantesca. Usando toda su fuerza de voluntad le alejó la cabeza suavemente y le dijo”Vamos a mi cama mejor”.

Brian entró al dormitorio e inmediatamente comenzó a desvestirse, completamente, ante la fascinación de Eduardo que veía emerger un cuerpo delgado, pero muy bien trabajado, algo así como el de un nadador olímpico. Pectorales marcados y firmes, casi nada de grasa en el torso. Lo miraba y no podía comprender por qué un ejemplar masculino bellísimo como ese podría querer humillarse y someterse ante él, que era un tipo ya mayor, con un cuerpo atlético pero engrosado por los años. Porque esta sesión no era de una relación intelectual, si apenas habían hablado. Seguro si hubieran conversado, pensaba Eduardo, habría logrado encantarlo con su inteligencia y sofisticación, pero por ahora esto se trataba de una conexión puramente carnal.

Brian se terminó de desvestir y se sentó en la cama, para seguir lo que ya había empezado, cosa que hizo a Eduardo gemir de placer mientras pensaba que lo que hubiera sido más erótico en ese momento hubiera sido besar intensamente a Brian en la boca, saborearlo , besarle el cuello y acariciarle la espalda musculosa y suave. Pero Brian solo quería subyugarse, que Eduardo le exigiera que lo mamara, que lo tratara duro. Cosa que Eduardo hizo, no tanto por gusto sino porque tenía miedo a que Brian se fuera si no le daba lo que quería. En un tono autoritario le dio instrucciones y al poco rato Brian casi lloraba por el “maltrato” de Eduardo, mientras le brillaban los ojos de felicidad.

Se tomaron un descanso, estirados desnudos en la cama, con las espaldas apoyadas en las almohadas de la cama de Eduardo. Brian le pidió a Eduardo algo para tomar, alcohol, cosa que a Eduardo no se le había pasado por la mente. El se quería emborrachar de sexo, no le hacía falta nada más que el cuerpo precioso de Brian. Se levantaron desnudos y fueron a la cocina a buscar trago, gin, vodka, hasta una botella de pisco. Tuvo que abrir la botella de vodka que estaba nueva, ya que Eduardo casi no toma, y con un poco de jugo de naranja helado quedo listo el trago de Brian. Cruzaron un par de palabras camino a la cama, con los tragos en la mano, y en eso Eduardo, en su inseguridad y con ánimo de darle en el gusto a este muchacho tan guapo, le dijo. “¿Quieres invitar todavía a tu amigo negro?”. A brian se le iluminaron los ojos, y en su todo sumiso, le contestó, “Bueno, si, ¿me dejarías llamarlo”. En un minuto lo había llamado, y mientras lo esperaban Eduardo puso a Brian de espaldas en la cama y procedió a penetrarlo en posición “misionera”, cara a cara, y a acercar sus labios casi hasta tocar los de Brian mientras se imaginaba que lo besaba tierna y profundamente, imaginaba que tendria un sabor suavemente dulce, y que serían novios por el resto de la vida. Brian lo miraba con sumisión, pero sin dar ninguna señal de que besarse era un opción, aunque en su sumisión seguro hubiera dejado a Eduardo hacer lo que quisiera. Pero Eduardo no quería forzar un beso, quería un beso verdadero, de esos que fluyen naturalmente y que se sienten hasta la punta de los pies. Un beso así es lo que ansía cuando busca sexo, pero sabe que si lo pone como condición pierde muchas posibilidades, porque el mundo está lleno de hombres que sienten que dar un beso a otro hombre es ser muy marica, pero ponerse en cuatro patas y ser penetrado no lo es. Por eso a veces termina con ese sexo a medias, en que hay penetración pero no caricias, chupadas pero no besos. Sexo de “hombres”, que los hace sentir machos aún porque es sexo rudo.

Tocaron a la puerta y apareció un negro alto, guapísimo, con el pelo cortísimo, vestido con pantalones grises y camisa blanca, y que acarreaba un gran bolson portadocumentos colgado de su hombro. Sonrió y entró, sorprendido de que Eduardo estuviera desnudo ala puerta, con apenas una toalla en la cintura. “Ya empezaron, no me esperaron”, dijoalgo desilusionado. Eduardo le dijo que no se preocupara, que recién estaban calentando motores.

Continua un día de estos.

 
Comments:
Respecto al post anterior, creo que no hay nada mejor que cuando los chicos buenos aprenden a portarse mal -pero de verdad, sin culpas. Son simplemente una fuerza desatada.
También debo decir que me indentifico mucho con John.
Respecto a este post. Ufff, subió unos cuantos grados la temperatura por acá.
El sexo a lo bruto, por decirle de alguna manera, tiene su encanto. Pero ese descontrol, sumado con besos y caricias intensas -que no tienen nada de maricas, al contrario- es mil veces mejor.

Un abrazo
 
Post a Comment



<< Home

My Photo
Name:
Location: New York, United States
ARCHIVES
December 2005 / January 2006 / February 2006 / March 2006 / April 2006 / May 2006 / June 2006 / July 2006 / August 2006 / September 2006 / October 2006 / November 2006 / December 2006 / January 2007 / February 2007 / March 2007 / May 2007 / June 2007 / July 2007 / August 2007 / September 2007 / January 2008 / February 2008 / March 2008 / April 2008 / May 2008 / September 2008 / October 2008 / November 2008 / January 2009 / September 2009 / April 2016 /


Powered by Blogger