Historias de un Huracan sin rumbo
Sunday, September 14, 2008
  Desalmado
¿Será que sigo escribiendo en este blog? ¿O ya murió?
Hoy sentí la necesidad de escribir, porque me tocó el alma un tema. Y me dio rabia.
Se ha estado quedando en mi casa un amigo, Felipe, que si bien es “gringo” para todos los efectos, es chileno de nombre porque sus padres emigraron cuando estaba recién nacido. El es gay, y en algún momento enganchamos apasionadamente, pero ahora somos mas que nada amigos y se ha quedado conmigo mientras ve si se puede trasladar a vivir a New York. Ha estado en Chile varias veces, y la última fue el verano pasado, cuando lo conocí.
Esta mañana estaba en la oficina cuando me llamó muy afligido para ver como podía mandar plata rápido a Chile. Es que un amigo que había hecho allá estaba en problemas necesitaba rápido plata. Se me encendieron las luces de alarma, pero no le quise decir nada porque inmediatamente, en su ingenuidad gringa, piensa que soy un desalmado. Entonces me hizo el relato de este pobre jovencito que conoció en Santiago, guapísimo, echado por la familia por ser gay y que trabaja como dependiente en una heladería por un suelo mísero de 200.000 pesos. Que el tipo está enfermo del estómago, con agudo dolor y necesita plata para ir al médico, porque en Chile no hay donde ir cuando uno no tiene seguro. Que el pobre no tiene Fonasa y en la Posta Central no lo quisieron atender.
Que raro, le dije. Pero le expliqué como le podía mandar plata, y que probablemente iba a tomar un día en llegar. Se angustió Felipe porque el pobre chico necesita la plata hoy para ir al médico. Le busqué una manera de mandársela instantáneamente, a través de Western Union, que la entregan en los terminales de Tur-Bus.
No se que pasó, pero el tipo le dijo a través de MSN Messenger que no se preocupara, que se las iba a arreglar de alguna manera.
Al rato llegué a mi departamento a recoger mi maleta para irme en un viaje por trabajo, y Felipe me cuanta un poco más sobre el pobre tipo, que vive en las Torres de San Borja. Que apenas gana esa miseria y que lo explotan, que no tiene seguro, que si reclamara perdería la pega nadie defendería sus derechos. Le expliqué como funciona la legislación laboral chilena y le expliqué los derechos que tiene y lo que puede hacer para exigir sus derechos. Pero la cosa no iba por ahí, el tipo seguía en el Chat y todo era acerca de ser víctima del sistema injusto por todos lados. Laboral sin protección, minoría sexual sin derechos, sistema de salud sólo para los ricos, suma y sigue.
Me olía mal desde el comienzo, pero seguí mordiéndome la lengua dando respuestas puramente racionales. Hasta que se colmó la olla.
El niño dijo que había ido de nuevo al médico y que el médico le había dicho que lo atendería si tenía sexo con él. Así que ahora había vuelto a la casa y en dos horas volvería al médico a entregar su cuerpo a cambio de una consulta médica. Felipe estaba espantado. Le dije que su ingenuidad ya era demasiado. Que tuviera cuidado que hay muchos chilenos que son buenos para hacerse las víctimas frente a los extranjeros para que les den plata. Y que le habían visto la cara de bueno y sentimental que tiene, se estaban aprovechando de él. Me miró con sorpresa, pero creo que le cayó la teja. Le dije que la cantidad de chilenos que ven a los extranjeros como si fueran cajeros automáticos es bastante grande, no solo entre gays, sino que en general.
Estoy seguro que no es un fenómeno estrictamente chileno, pero me ha tocado verlo en Chile más que en ninguna otra parte, supongo que porque es el país donde más tiempo he pasado. ¿O soy verdaderamente un desalmado insensible que no entiende que hay gente con problemas? Me cuesta creer que un tipo en Chile tenga que recurrir a pedirle plata a un ex - amante extranjero que tuvo para poder ir al médico por un dolor de estómago. Porque no lo quieren atender en la Posta, y porque no tiene a nadie más en el mundo para pedirle las 25 lucas que dice que le cuesta la consulta. Pero tiene computador y conexión de Internet para pedirselo y se puede pasar toda la mañana chateando con Felipe para inspirar lástima.
Me recuerda algunos parientes, que hacen de la posición de víctima un modo de vida, que están dispuestos a cualquier indignidad para que los demás les den plata y les mantengan el nivel de vida al que piensan que tienen derecho por designio divino e independiente del esfuerzo que hagan. “Es que la niña está enferma y no tengo plata para el médico, no se que voy a hacer”. Dirigido a la suegra que tiene el corazoncito blando por la nieta. O “la casa es tan fría, se pasan enfermando los niños, pero es no puedo pagar más”, dirigido al cuñado que gana más que él y vive en una linda casa. Para que se sienta culpable y le deje caer unas lucas. O el pariente mio que fue a parar a la posta por un supuesto intento de suicidio en respuesta a su madre que le dijo que se las batiera por su propia cuenta, es decir, que trabajara. Al que fui a recoger a la posta, y me dijo que el costo lo pagara yo. Le pregunté si no era adulto él para estarme pidiendo que pagara yo. “Es que no tengo plata”. Ah, le indiqué donde estaba la cola de los indigentes que necesitaban hablar con la asistente social porque no tenían plata. Lo hizo a regañadientes.
Entonces lo ayudé a volver a instalarse con los amigos con los que vivía, y le sugerí que se buscara un trabajo. “Es que no tengo plata para la micro para buscar trabajo”. Le sugerí que buscara por el barrio donde vivía, a pocas cuadras del Alto Las Condes. Total el compadre ni siquiera terminó cuarto medio, claro, en los mejores colegios particulares, así que empleo de dependiente de tienda era ya algo para lo cuál no tenía muchas calificaciones. “Es que los trabajos en tiendas o supermercados pagan muy poco”. OK, le propuse que trabajara y que me trajera sus liquidaciones de sueldo y yo le duplicaba el sueldo que le pagaran, de mi bolsillo. Pero que no le iba a dar plata ahora sin que trabajara, porque ya le había dado muchas veces lo necesario para partir y se la había farreado. No hubo caso. Tenía que darle plata para que buscara trabajo o no lo buscaba. Mi frustración llegó al máximo y lo mandé a buena parte. No pasó nada, nunca llegó a buscar su doble sueldo por lo que me imagino que encontró alguna forma de recibir plata sin trabajar.
No se por qué me indigna de tal manera ver estos maestros de la lástima, tal vez porque conozco tanta gente con necesidades mucho mayores que mantienen su dignidad y no andan pedigüeñando sino que se esfuerzan por resolver sus problemas. Y es gente con problemas de verdad, no problemas que ellos mismos se crean o que sienten que tienen porque “los demás estan mejor” o “el sistema me tiene cagado”.
En fin. Es lo que es no más.

El leoncito me aburrió rápido. Por ahí lo veo de vez en cuando, y creo que tiene interés en intentar algo, pero yo no. Muy mal haber posteado todo calugoso cuando todavía estaba con la sensación que queda después de un primer buen polvo. No hay caso. Sigo solo.
 
Comments:
a veces las relaciones por Internet pueden ser un tanto desequilibradas. a veces no es mayor riesgo, otras veces sí lo puede ser, según con quién te topes. no sé si el ex de tu amigo se esté queriendo aprovechar de él, quizá esté desequilibrado y en busca de afecto. en cualquier caso, espero que se arregle el panorama.

también me desagrada la gente que se vive quejando y viéndose como víctima.

saludos
 
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