Historias de un Huracan sin rumbo
Saturday, October 25, 2008
  Unión Civil
Ya se vienen las elecciones en Estados Unidos. Las encuestas dicen que va a ganar Obama, ahora por un margen alto, y apenas le quedan 17 días a McCain para repuntar. Difícil que lo logre, pero igual las encuestas podrían tener un margen de error anormal, porque muchos que son demócratas y no votarían por un negro, no se atreven a reconocerlo frente al encuestador. Espero que no sea muy grande el error, porque no sé si el mundo aguanta otro gobierno republicano en este país.
Desde mi punto de vista estrictamente personal, Obama sólo me subirá los impuestos y no ha mostrado ningún especial compromiso con los derechos de los gays. No va a terminar con la hipócrita política de “don’t ask, don’t tell” en las fuerzas armadas, ni tampoco tiene intenciones de meterse en el tema del matrimonio gay.
La corte suprema del estado de Connecticut, a 40 kilómetros de Manhattan acaba de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, y aprovechó de declarar ilegales las uniones civiles porque son discriminatorias al o darles a todos los mismos derechos creando ciudadanos de segunda clase. Notable decisión.
Y para los neoyorquinos, no está tan mal, ya que el gobernador Patterson, el afroamericano ciego que quedo a cargo del estado después de la renuncia del putero Spitzer, saco un decreto que obliga a que el estado de Nueva York reconozca como válidos los matrimonios entre personas del mismo sexo que se hayan realizado en estados donde se permiten.
No es que esté pensando en casarme. Sigo legalmente casado. Y si no lo estuviera, no tendría con quién. A estas alturas no me faltan candidatos, pero no hay ninguno que me haga pensar en una vida en común. Dejé de buscar y estoy dejando que las cosas fluyan, ¡y si que han fluído!
A pesar de mi post anterior, no me la paso pisoteando noruegos, y de la nada han aparecido relaciones que estaban ahí, esperando a desarrollarse. Como Jim, un californiano de treinta y ocho años que hace poco llegó a vivir a Nueva York. En realidad no es californiano, es de Chicago, pero vivía en Los Angeles. Trabaja en la industria editorial y siempre anda leyendo libros, hasta me los trae de regalo. Es guapo, para nada perfecto, pero es buena compañía. Se queda a dormir a veces y salimos a tomar desayuno antes de partir cada uno para su trabajo. Sabe de comida y ha mejorado mucho mi lista de restaurantes.
O Joey. El muchacho que según me dijo viene de una zona bastante “trashy” de Massachussets, hijo de padres italianos que nunca prendieron a hablar bien inglés. Es guapo, casi perfecto. Y tiene la mitad de mi edad. También se queda a dormir y me llama cada tanto para que nos veamos porque dice que el sexo conmigo es buenísimo. No parece buscar una relación, pero se acurruca a dormir siesta conmigo. A buey viejo… Pero con todo lo adorable que es, y más adorable todavía cuando me dijo muy honestamente que no leía The Economist porque lo había leído una vez y se le hacía muy difícil entenderlo, reconoce que no es brillante, y me dice que admira que yo si soy inteligente. Tiene miedo de perder su trabajo. Acaba de instalarse en su propio departamento, y me enterneció ver que lo tenía bien arreglado, con bonitos muebles, aunque pocos, pero el baño impecable con toallas de colores coordinados. Adorable. Pero nuestras conversaciones son cortas porque no sé de que hablar con él.
Y está Andrew, el tipo que apareció de la nada mandándome mensajes electrónicos. Tambien tiene treinta y tantos, como Jim. Neoyorquino, guapo con un cuerpo precioso, aunque tiene una expresión de perseguido en la cara que me hace temer que hay algo que no lo tiene conforme consigo mismo. Tal vez el hecho que lleva varios meses desempleado, su especialidad es relaciones con los inversionistas, pero por alguna razón no logra conseguir que lo contraten. Nos hemos visto varias veces, hasta se quedó a dormir una vez, pero desaparece por periodos largos en que pienso que no tiene interés en mi. De repente llama en forma inesperada, como esta semana que me llamó para proponerme venir a cocinar a mi casa el fin de semana. Es decir, él cocina en vez de salir a comer. Eso es fuerte, casi como decir pololiemos.
También está David, el buen mozo de ojos azules que juega al water polo y es fanático de las olimpiadas. Se pasó todo el período de las olimpiadas de verano pegado a la televisión durante todo su tiempo libre. Parte de ese tiempo en mi cama aprovechando la pantalla plana gigante que tengo en mi dormitorio. Sexo por deporte lo llamo yo, pero a la vez tierno. A veces aparece un mensaje de texto de él a medianoche diciéndome que está en el vecindario preguntando si se puede venir a pasar la noche. Mis amigos que lo conocen dicen que es guapísimo. Está bien, tiene unos ojos azules que matan. Pero no pasa de eso.
Y así podría seguir…, no me quejo de soledad. Por el contrario, necesito dejarme más tiempo libre para poder leer, y eventualmente escribir tambipen. Esta intensa vida sexual y amorosa toma demasiado tiempo. Tal vez me estoy convirtiendo en un adicto al sexo, veo a David Duchovny en Californication y me siento algo identificado con su personaje Hank Moody, pero siento que me falta encontrar a Karen.
 
Comments:
Interesante el dato del alcalde Paterson, y me encanta el understatement detrás tantos "se queda a dormir", aunque supongo que al cabo se trata básicamente de eso.

Es un gusto poder seguir leyéndote.
 
Que bueno verte reaparecer por estos lados. Me acabo de poner al día con tus numerosos blogs... ¡buena suerte en el hemisferio sur!
Quedarse a dormir es eso, quedarse a dormir. Para mi es un grado de intimidad mayor que el simple sexo y hasta luego. Aguantarse el ocasional ronquido y verse la cara en la mañana produce mas cercanía que un orgasmo.
 
disculpa la franqueza, pero no aprecias una cierta ausencia de objetivo en todo ese deambular? no digo que la estés pasando mal, pero me deja la sensación de que hay algo que buscas y no encuentras...

saludos
 
En ningún post como en este, podía verse mejor reflejado su nombre. Mucha dormida junto, pero que no deja mucho. Coincido con Ud. en cuanto a lo del voto blanco racista oculto, que sólo podrá dilucidarse el día de la elección. Disfruto como aflora su ADN momio, reduciendo la opción demócrata, y la de Obama en particular, a una simple alza de impuestos. ¿Porque no puede representar un cambio cultural en ese gran país, que culmine en un reconocimiento de de los matrimonios gays?. No digo que con Obama se cristalice aquello, pero su elección necesariamente desatará algún cambio de paradigmas, que no necesariamente se agotará en una posible alza de impuestos para el fontanero Joe, sino que por lo menos, le mueva el piso, en su visión de mundo.
 
Gracias por traernos a Barro de vuelta.

Y ti barro, no te pierdas por tanto tiempo, o al menos ten la deferencia de avisarnos donde encontrarte, así te dignes aparecer en la mismísima Tasmania. Suerte en la búsqueda de trabajo. Sigue los consejos d eHuracán, mira que el diablo sabe más por viejo que por diablo (aunque en este caso, también es por diablo).
 
Juan y Ya no me engañas: es pura envidia! Cierto que aparentemente le hace honor a mi nombre, pero la la larga creo que va bien enrumbada la cosa, llegará uno que valga la pena mantener, y eso es en definititiva lo que busco. Sólo que decidí no angustiarme con el asunto y dejar que las cosas fluyan hasta encontrar su lugar. Y va bien eso, porque no se crean que cualquiera se queda a dormir.
Sobre mi ADN momio, no estoy contra los demócratas, de hecho los republicanos me revuelven el estómago. No tengo duda en preferir a Obama y me deprimiría profundamente que gane McCain, para que decir Palin. Pero en definitiva, llevandolo a lo personal, no creo que Obama sea el que haga del matrimonio gay un tema federal, simplemente porque no ganaría mucho con eso (da para mucho esa discusión). Y va a subirme los impuestos, no hay duda, lo ha dicho claramente, y aun asi lo apoyo.
Pero soy esceptico de que Obama vaya a desencandenar un cambio de paradigmas. Tal vez por el lamentable papel de nuestra presidenta Bachelet, que muchos esperaban que desencadenara un cambio de paradigmas, pero resulto siendo nada mas que un gobierno mediocre.
 
Probablemente el último comentario reafirmará el juicio de "Momio" que recae sobre ti. En cuanto Obama, no le perdono que derrotara a Hillary; no tengo ningún argumento de peso para estar a favor de ella, simplemente me cae bien.
Ah, y y no tengo problemas en reconocer que tu listado de amantes ocasionales me genera una mezcla de admiración y envidia. Por como está las cosas en el mundo de las altas finanzas, especialmente de NY, creo que más que merecido compensar esos sinsabores con buenos ratos en la cama.

Saludos
 
Supongo que criticar cualquier cosa de la concertacion me califica de momio. Pero no lo soy.
Y do;a Hillary, asi como a ti te cae bien, yo no la soporto. Me parece lo mas mentirosa, capaz de decir cualquier cosa con tal de alcanzar el poder. Lo que la hace una buena política, pero no una buena persona.
 
Ciertamente que es pura envidia. Todos de algún modo estamos sin rumbo, deseperados, pero sin el consuelo huracanado.

Los cambios de paradigma, representan transformaciones culturales, que no pueden leerse en tiempo presente e incluso trascienden los malos gobiernos.

La paradoja de S.E. es que mantiene una alta aprobación personal, por sobre la aprobación de su Gobierno.

¿Se puede ser buen político sin ser una buena persona?
 
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