Brokeback Mountain II
En alguno de los tantos comentarios que he leído acerca de Brokeback Mountain, alguien escribió que no había que conformarse con nada menos que todo aquello que el amor te puede dar. Es decir, no conformarse con lo que te permite el medio en que estás, como les pasó a los protagonistas de esa película. No se si tiene razón el comentarista, o simplemente es una de esas frases románticas que la gente dice cuando le es fácil hacerlo. Y que poder vivir todo aquello que el amor te puede dar no evita que en la mayoría de los casos el amor se convierta en rutina, seguida por distanciamiento hasta llegar a un estado en el que con suerte hay cariño. Jack y Ennis no hubiesen sido una historia épica si se hubieran conocido en Chelsea.
Las grandes historias de amor de la humanidad no son aquellas en que el amor dio todo lo que podía dar, todo anduvo bien y lo vivieron juntos para siempre. Por el contrario, son los amores que no pudieron alcanzar ese estado en que se pueden tener todo lo que el amor da los que quedan en la historia, los que se convierten en novela o en guión de película. Por eso las historias de amor gay serían fuente inagotable de material para películas.
Reviso mi vida y son tantas las instancias en que me conformé con un poquito, ni cerca de “todo lo que el amor puede dar”. Esa privación se da mucho más cuando eres gay que cuando eres hetero, y mucho más aún cuando vives en un medio hostil. Y te aferras a lo poco que le puedes sacar al amor, soñando lo que podría ser y no dejas que sea, hasta que te das cuenta que se te pasó la vida y nunca será. Dejas que la vida pase, agarrando las migajas que puedes, y esperando que el amor que encontraste dure, a pesar de las distancias e impedimentos. Eso no termina bien…Y a veces te desgarra al alma, te anula, te deja en un hueco negro lleno de angustia como si estuvieras en el centro de dos fuerzas de que se pelean por llevarte y terminan destrozándote.
Excelente material para una gran novela, o un cuento corto como el que dio origen a esa película. Pero un drama de mierda vivir esos guiones en la vida diaria… No es justo para nadie. Y no quiero justificar mi vida ni mis decisiones, de las que soy responsable cien por ciento, y las asumo con todas sus consecuencias.
Pero la sociedad debe cambiar y hacer de la vida de los gays una vida más vivible, más pedestre, aburrida y menos apropiada para guiones de dramas cinematográficos. Hacia allá van las cosas hoy, y las parejas gays van siendo más aceptadas, ojalá haya unión civil, y ya hay modelos de rol que pueden dan una identidad positiva a esos jóvenes que se descubren gay, en vez de apuntar al suicidio o a las profundidades del closet como en mis tiempos. Por eso admiro y agradezco a los activistas que le están dejado un mundo un poquito mejor a la generación que viene.