Miedos y fantasmas
¿En qué he estado? ¿Qué pasa con este blog? Apenas un par de posts livianos y nada más. No he logrado escribir algo que valga la pena en mucho tiempo. ¿Será que a todos los blogs se les acaba el vapor en algun momento y una vez que pierden el vuelo se quedan pegados? ¿O es reflejo de la evolución de las vidas de los blogueros, que de pronto la vida deriva haia alguna parte que cuesta relacionarla con el blog que venía?
A mi me parece que lo que me ha pasado es esto ultimo. La vida se me ha ido por un camino diferente. Predecible tal vez, pero no lo que tenía planeado o lo que quería que fuera.
Primero, el momentum que llevaba hace meses era para por fin salir del closet frente a mis hijos menores. Y nada de eso ha pasado, no lo he hecho por razones complejas, pero el hecho concreto es que no lo he hecho.
También iba evolucionando hacia tratar de establecer una relación estable. Y eso lo he cumplido menos todavía, por el contrario. Nada más alejado de eso, como queda ilustrado con el post anterior.
Y creo que no he escribo porque me da vergüenza reconocer dos fracasos tan grandes, que me hacen dudar de mi verdadera identidad. Acaso el Huracán de este blog es otra persona, la que me gustaría ser, y no la que soy con todas mis debilidades e incapacidades. Todavía me queda algo de boy scout, y no soy capaz de sentarme a escribir mentiras. Por otro, no quiero aburrirme yo y a los escasos lectores del blog filosofando sobre la inmortalidad del cangrejo o escribiendo una versión recalentada de unos cuantos editoriales de prensa. No se trata de eso este blog, aunque a veces no me aguante y escriba política, espantando a los pocos lectores que tengo.
Mi trabajo ha andado bien, por ese lado no me quejo, aunque ha interferido muchísimo en mis planes originales, no se si en forma inevitable o porque inconscientemente lo he hecho interferir.
Primero, el tema de mis hijos. No se si ya saben que su papá es gay, porque como me dice mi amigo Eric, es iluso pensar que el mayor sabe hace mas de 7 años y no les ha contado a los demás. Iluso será, pero le creo cuando me lo dice. Por otro lado, el papá viviendo por su cuenta en Nueva York da para pensar. Y si no suman dos mas dos es porque no quieren.
Pero se me ha hecho muy difícil tocarles el tema. De partida tiene que ser individualmente, no en grupo, y se da poco esa situación. Y cuando se da, no puedo dejar de pensar que le voy a dar una noticia pesada, que lo va a descolocar un poco en el mejor de los casos, a espantar en el peor. Pienso en que van a hacer después, donde van a llegar después de que les dé un golpe así de fuerte. Y en quién se van a ir a apoyar, porque no creo que se la mamen solos. Y una vez que hacen eso, bueno mejor lo publico en la páginas sociales de El Mercurio.
Por otro lado, el resto de mi familia política con los que me relaciono han aceptado la situación de separación de hecho y se han dejado de hacer preguntas, lo que me hace pensar que intuyeron en qué consiste la situación y por lo mismo dejaron de indagar, ya que la actitud es que si el asunto es que el Huracán es maricón, de eso no se habla. Muy a la chilena, no se habla ni existe. Y salimos a comer juntos como si nada.
Pero me da terror la reacción que puedan tener mis hijos. Me pongo a pesar en cómo me van a ver en adelante. ¿Cómo un viejo revenido que tarde se dio cuenta que le gustaban los jovencitos? ¿Cómo una versión mayor de sus amigos gay, a los que aceptan bien? ¿Cómo el papá de la película “La Jaula de las Locas”?. Inevitablemente se tendrán que imaginar que he tenido sexo gay, y como la mayoría de los heteros se pondrán a pensar en que posición he estado. ¿Se preocuparán porque pueda agarrarme el SIDA? ¿Se pondrán celosos de algún potencial amante? ¿O tomarán una actitud protectora con su madre, poniéndose en contra mía aunque ella no lo esté? Me da miedo perderlos.
No creo que esto justifique no hablar con la verdad. Por lo que mantengo la resolución de decirles, pero eso mismo me hace sentirme tremendamente frustrado e inconsecuente por no haberlo hecho todavía. ¿Qué estoy esperando? ¿Va a ser más fácil más adelante? No lo creo, no hay razón. Nunca va a ser una situación perfecta para decirles, pero tengo que hacerlo y asumir las consecuencias. No me puedo quedar en la penumbra con los seres humanos que más quiero y que son más importantes para mi en la vida.
Por otro lado, el asunto de la relación. No es fácil para alguien de mi edad encontrar pareja. Al menos el tipo de pareja que quisiera tener. A algunos les asusta la edad, porque estoy cerca de volverme viejo de verdad, también. No es que esté tan viejo ahora, no para un revolcón en la cama, porque no falta. Pero si alguien va a lanzarse en una relación de largo plazo conmigo, se da cuenta que no me quedan muchos años antes que me empiecen a dar descuento en los pasajes de bus. Entonces tendría que limitarme a los que están muy cerca de mi edad, lo que es lamentable porque la mayoría ya se están cayendo a pedazos y encima son unos mañosos si siguen solteros a esta edad. Los de unos 10 años menos me parecen mucho mas interesantes, pero entonces me encuentro con complicados como Steve, o con otros que son activistas que salieron del closet dando una patada y con fanfarria, y que no están dispuestos a transar en nada e insisten en llevar el cartel que dice “Soy gay, y qué?” colgando del cuello.
El tema de la pareja es complejo, lo dejo para otro día, no tengo estómago ahora…